Agentes de la Policía Federal detuvieron a tres ciudadanos chinos integrantes de una mafia procedente de la provincia Fujian, República Popular China, quienes extorsionaban a sus compatriotas por grandes sumas de dinero. Los mafiosos les dejaban notas intimidatorias escritas en su idioma natal en sus locales comerciales, exigiéndoles el pago de altas cifras de dinero para dejarlos trabajar con tranquilidad. A su vez, les proporcionaban dos números de teléfonos a los que debían comunicarse las víctimas para asi arreglar y concretar el pago en cuestión, o en su defecto, contar con un usuario de una plataforma de mensajería popular en el aludido país oriental. Fue la detención en agosto pasado de un sicario que amedrentaba a comerciantes de origen chino, la base de esta investigación, que develó que los extorsionadores al contratar empleados en sus comercios, les tomaban fotos de sus documentos personales con el objetivo de abrir cuentas en entidades bancarias que no exigían el correspondiente reconocimiento biométrico. Una vez que se realizaba la apertura remota de la cuenta, depositaban grandes sumas de dinero, las que posteriormente eran giradas a billeteras virtuales de los miembros, que desempeñaban funciones de reclutadores, extorsionadores o bien de sicarios. Finalmente, las ganancias obtenidas eran puestas a trabajar en cuevas financieras de la city porteña. Las pesquisas detectaron un total de ocho inmuebles ubicados en los partidos de Lanús, La Matanza y Marcos Paz vinculados directamente con las maniobras ilícitas. Fueron incautadas armas, dinero, vehículos y artículos de telefonía y computación de interés para la causa por “Abuso de armas agravado; portación ilegal de arma de fuego de uso civil; lesiones leves y extorsión”.
