por Omar Dalponte*
Estuvimos presentes, sumándonos al abrazo al querido colegio Piedrabuena, en repudio al incendio provocado intencionalmente por alguien o algunos que merecen el desprecio de toda la sociedad. Por lo menos de toda la sociedad que desea (deseamos) vivir en paz marchando hacia el progreso. Muchos de nosotros tendremos una opinión sobre este suceso repudiable. Incendiar una escuela es un hecho aberrante, despreciable y condenable por dónde se lo mire. Respecto a quien o quienes lo hicieron deben comprobarlo quienes tienen la responsabilidad y obligación de hacerlo. Como siempre se conjetura a diestra y siniestra. Habrá que ver, si podemos, las pruebas que demuestren la verdad sobre este gravísimo hecho. Esta agresión es una más de la serie de ataques padecidos a lo largo de estos últimos años por el Piedrabuena.
Nosotros, la sociedad, el pueblo, las personas que anhelamos un buen presente y un mejor futuro para nuestro amado Lanús, no debemos ser indiferentes ante semejante barbarie. Si no nos comprometemos en la defensa efectiva de nuestras escuelas, colegios y universidades estaremos permitiendo que estas instituciones, sagradas por cierto, vayan siendo destruidas de distintas formas y desde diferentes lugares. No debemos permitir el avance de estás acciones que contribuyen, en definitiva, a impedir el normal desarrollo del proceso democrático en nuestro país. Hagamos de cada plaza un anexo de cada establecimiento educativo. Como podamos. Que lo realizado por las centrales de trabajadores y otras
instituciones el día lunes 25 de noviembre en Plaza Belgrano, acto convertido en un aula al aire libre, se multiplique.Que el encuentro del martes 26 de noviembre a las puertas del Piedrabuena, en el que participamos vecinos y docentes, sea el inicio de muchos más en defensa de la educación y en repudio a este ataque que algún o algunos miserables, persiguiendo fines inconfesables, perpetraron contra una escuela que, alguna vez, en otro tiempo, fue nave insignia en la educacion lanusense y hoy, a pesar de todo, sigue siendo de gran importancia. Impulsemos la formación de comisiones vecinales que ayuden a la protección de nuestras escuelas. Así podremos contribuir a parapetar a nuestras casas de estudio. No dejemos que la estupidez, el odio y la violencia se naturalice.
Ante la propuesta de algunos animales que proponen brazos armados de no sé que cosa llaman las fuerzas del cielo, opongamos la organización pacífica y poderosa de nuestro pueblo en los barrios, portando como banderas la paz, la educación y la solidaridad entre quienes, mas allá de nuestras diferencias, pretendemos unirnos para hacer de Lanús el lugar que todos merecemos
(*) De Iniciativa Socialista