domingo, 25 de agosto de 2024


por Lisandro Martinez*

Sin objetivos socialistas no hay gobierno obrero

Amplios sectores de la izquierda vernácula e internacional perdieron la ruta del socialismo y consideran que Putin en Rusia, Xi en China y Maduro en Venezuela representan “la política posible, progresista y de izquierda en 2024” pero hace rato que los tres operan como Alberto para engordar su billetera y no para abolir la propiedad privada ni la nacionalización de los medios de producción. Actúan desmoralizando a sus pueblos diciendo que la izquierda no va más. A ninguno se le oyó hablar del gobierno proletario. Nunca plantearon la disolución del ejército de línea y el armamento de las masas o que gobiernen las asambleas populares con mandatos revocables. Nunca escuchamos que Xi, Putin o Maduro estén a favor de que el salario mínimo sea igual al costo de la canasta familiar y el salario máximo igual al de obrero calificado.  Los 3 son responsables de haber sido o ser los promotores de una ofensiva sostenida contra las masas obreras, de la destrucción más amplia de derechos sociales, además de ser rematadores públicos del patrimonio del estado socialista que entregan por chaucha y palito a la oligarquía que engordan en Rusia, China y Venezuela.

Putin fue un agente de los servicios stalinistas (STASI) en Alemania del este, enemigo, espía y verdugo de la clase obrera y en la URSS ofició de jefe de la represión y opositor a una salida revolucionaria a la parálisis de la burocracia rusa que se volvió a apoltronar luego de la caída del muro, como capitalista.

Maduro marcha a reforzar un régimen nacionalista burgués con represión que mezcle lo legal y lo ilegal, motivado en el modelo represivo de Perón en su retorno que incluyó los parapoliciales (Triple A). 

JDP fue un cuadro militar educado en el más firme anticomunismo y es célebre su exposición donde se

considera a sí mismo parte de la patronal estanciera de su época. En un discurso en la Bolsa de
Comercio (25/8/1944) dijo: “Se ha dicho, señores, que soy un enemigo de los capitales y si ustedes observan lo que les acabo de decir no encontrarán ningún defensor, diríamos más decidido que yo, porque sé que la defensa de los intereses de los hombres de negocios, los industriales, los comerciantes, es la defensa misma del estado”. 

Desde el inicio se dedicó a cooptar dirigentes de izquierda que lideraban a la clase obrera y a corromperlos como hizo con Ángel Borlenghi (PS) un secretario general de Empleados de Comercio que fundó el Ministerio del Interior, apoyó a JDP y fue el segundo en importancia dentro de su gobierno. Entre 1945/1955 en el ministerio, la Policía Federal realizó reiterados actos de tortura a opositores. Uno de los casos más renombrados fue el del estudiante Ernesto Mario Bravo secuestrado por la policía quien casi muere en la tortura estando desaparecido. El caso fue denunciado por el médico que lo atendió, primero en la Sección Especial y luego en una quinta lo resucitaron. En ese periodo Argentina se somete al imperialismo firmando la Carta de la ONU en San Francisco, EEUU (24/9/1945) mientras en Buenos Aires, JDP el hombre fuerte del gobierno militar, era potenciado a líder político de masas el 17/10/1945. La quiebra política de José Peter (PCA) líder y fundador de la Federación de Obreros de la Industria de la Carne, es muy instructiva. Peter una vez más estaba en la cárcel y Perón lo llamó para que levantara una huelga de semanas que comprometía el acuerdo de carne a la URSS. Peter era un cuadro formado y Perón quebró su voluntad obligándolo a levantar la huelga por los acuerdos internacionales con Rusia (PC) al que Peter pertenecía.

Maduro se ha reivindicado peronista de Perón y Evita y Fernando Esteche, un argentino que fue de veedor electoral a Venezuela, le cantó a Maduro: “Atención, atención, Maduro te saludan los soldados de Perón”. Y el presidente de Venezuela le respondió en contrapunto: “Atención… atención… Maduro saluda a los soldados de Perón”. De ese tipo de grotesco es casi imposible volver más aún cuando recordamos que el reaccionario Pacto Social, una creación de JDP, el stalinismo criollo y la patronal negrera, fue firmado el 8/6/1973 por la CGT y la CGE. El autor José Gelbard era militante y dirigente del PCA, un economista stalinista que armó un plan de brutal ajuste contra las masas que no podían quejarse ni hacer paros, huelgas, ocupar fábricas ni reclamar durante dos años, dándole manos libres a la patronal para enriquecerse. 

            Al 20/6/1974 JDP ya había apretado al bloque de la JP para que apoyara la Ley de Prescindibilidad para echar al activismo sin indemnización y acordó con Balbín (UCR) que denunciara a “la Coordinadora de gremios Comisiones Internas y cuerpos de Delegados en lucha del GBA” por ser una supuesta “guerrilla industrial”. Esto para que actuara la Triple A. Se constituyó una alianza con la patronal negrera pero rápidamente el Pacto Social se resquebrajó porque la clase obrera se unía por fuera de la burocracia sindical y obtenía triunfos y reivindicaciones mientras el Ministro de Trabajo y los sindicatos denunciaban las iniciativas triunfantes por ser “guerrilla industrial”, un sonsonete mortal del oficialismo, militares, curas y políticos como Alsogaray, Manrique y Balbín, era una vigilanteada armada por los editoriales de La Prensa y La Nación. JDP, Isabelita y López Rega fundaron las masacres contra el pueblo desde que sobrevolaban Ezeiza el 20/6/1973. A poco de instalarse el gobierno, la Triple A secuestraba y ejecutaba activistas estudiantiles y obreros. El socialismo sigue pautas históricas y un programa de acción ineludible ya que su tarea histórica es expropiar al capital que expropia a las masas e instalar el gobierno de los consejos obreros. La acción de Perón al final de su presidencia presenta similitudes con la Venezuela actual. Finalmente el golpe de 1955 lo encontró sin apoyo, sin plan de resistencia y sin el armamento de las masas, cuestión de la que JDP huía como de la peste negra. Para disolver los falsos mitos siendo parte de la directiva de mi sindicato fui a reclamarle los días previos al golpe militar de 1976: Dónde se distribuirían armas para enfrentar a los secuestradores y asesinos que iban al golpe de estado, y los 4 o 5 de la comisión directiva presentes hicieron una mueca avergonzados.

En Venezuela al descontento lo reprimen paramilitares que aterrorizan a la población. Si esto es socialismo hay que tomarle la temperatura a quien defiende esos métodos. Ni Maduro ni JDP quisieron romper con el imperialismo ni nacionalizar la banca y el comercio exterior, medidas no revolucionarias sino nacionalistas burguesas.  En los ‘70 no importaba lo que JDP dijera de EEUU ni si reprimía a la oposición: lo que inquietaba a la CIA era mantener controlada a la población para garantizar que no crecieran grupos independientes de izquierda.  Maduro le hace la segunda a EEUU con acuerdos para Chevron hasta 2050. La crisis económica de Venezuela la garpan los obreros. Una caída de Maduro a manos de las protestas puede radicalizar a un sector de la población, por eso la oposición y los yanquis caminan pisando huevos, piden “las actas” y movilizaciones pequeñas, no quieren al pueblo masivamente en la yeca.

   (*) De Política Obrera