domingo, 16 de junio de 2024

La estupidez, en política, se paga cara


por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

La desastrosa situación a la que llegamos, inteligentemente desarrollada por los dueños del poder real en la Argentina, es mucho más grave de lo que muchos imaginan. En todo este descalabro, Milei es sólo un dispositivo. Un sirviente que cumple, disciplinadamente, ejecutando el guión que sus mandantes le ordenan. Pero lo  sumamente grave es que este sujeto está plenamente convencido de ser el elegido cuyo destino está  escrito para que sea él quien lleve adelante el plan siniestro de destrucción de nuestro país.  Es muy posible que crea, o le hayan hecho creer, que es un líder capaz de dominar no sólo la Argentina sino a todo el mundo. Él mismo se ha caracterizado como el "máximo exponente de la libertad a nivel mundial".  Sin duda admira a personajes como Hitler o como Menem. Lo denuncian sus gestos, su comportamiento. Y su facha.  Es más:  por sus dichos y sus acciones  concretas demuestra estar consustanciado con las ideas y los procedimientos del nazismo. Ni que decir respecto  a su identificación con el conservadurismo.  Piensa en términos hitlerianos. Lo cual tendría escasa importancia si no fuese quien ocupa la presidencia de la nación. Por eso, entre otras cosas, él y quiénes lo acompañan,  al mejor estilo de los métodos  de la propaganda nazi de Joseph Goebbels, se han ocupado sistemáticamente de construir enemigos únicos haciendo foco en el ámbito nacional en "los zurdos y el kirchnerismo" . En el plano internacional apunta contra todos los movimientos que categoriza como “colectivizantes”, a los cuales hace responsables de todos los males que nos aquejan.

Ojo, porque esto  no es chiste. Estamos frente a un conjunto de fanáticos que en la Argentina son una

realidad terrorífica.  Y constituyen una gravísima amenaza para el futuro. Estos sujetos sin alma, si se afirman en el poder serán capaces de las atrocidades más grandes. Hasta de llevarnos, con cualquier excusa, a una guerra con algun país vecino. Dato uno: Están gastando fortunas con la compra de armas a EE.UU. Armas chatarra para esta época. Pero armas que pueden envalentonar a más de un delirante y convencerlos de que somos capaces de convertirnos en conquistadores de América del Sur. Dato dos: hurgando en las intimidades de algunos habitantes del territorio del delirio no faltan quienes opinan que, dominado y domesticado nuestro pueblo, habría que acabar con los zurdos de Brasil. Dato tres: desencadenar acciones bélicas contra el actual  gobierno brasilero como  recurso para facilitar una alianza con el "bolsonarismo" y ayudar a voltear a Lula da Silva, no está descartado  del catálogo neoliberal de perversidades. Dato cuatro: Si se cumplen estos pasos, una vez desatado el infierno  la derecha brasilera (conjeturamos) seguramente pagaría como paga el diablo. Aprovecharía la ocasión para  invadir nuestro territorio. Y de ahí en más, chau Milei. Dato cinco: si una locura de este tipo llegara a materializarse, el resultado no sería otro que una derrota catastrófica para la Argentina, con la pérdida del territorio que hoy ocupan las provincias que poseen  litio. La alta burguesía y los sectores de las grandes finanzas de Brasil,  en sociedad con EE.UU, estarían más que felices.

Milei, Mussolini de opereta,  sería el responsable de miles de muertes y de la pérdida de territorio argentino. Luego de haberlo utilizado el imperialismo lo despreciaría.   

¿Y entonces? Entonces a joderse. Se acabó nuestro cariño podrían decir los brasileros. A quienes piensen que exageramos les recordamos que sobran antecedentes en América y en el resto del mundo respecto a conflictos armados ideados y estimulados desde los centros de poder internacionales.  Recordemos la intromisión yanqui y su participación efectiva a través de la CIA en dictar políticas y derrocar gobiernos en la década de 1970 en nuestra América. Recordemos, un poco más lejos, lo ocurrido en Santo Domingo en abril de 1965 cuando ocurrió la invasión estadounidense con el pretexto de proteger vidas y bienes de ciudadanos estadounidenses, y la llegada de la 82ª división aerotransportada de la Armada de los Estados Unidos con 42.000 marines. No es un secreto la existencia de bases militares norteamericanas muy cerca de nuestro pais.  En caso de un conflicto armado entre Argentina y Brasil, establecer un "corredor" con marines sería caramelo para los yanquis. A quienes no adviertan la gravedad de este momento les pedimos que busquen y lean nuestras notas escritas cuando muchos creían que con los pibes del Patio de las Palmeras y aplaudiendo a Cristina teníamos a Cristo agarrado de la barba. En más de una oportunidad anticipamos lo que se venía si no nos ocupabámos seriamente en defender a nuestros gobiernos populares y  organizar una fuerza política sólida. No se supo cuidar lo que tuvimos. No se quiso y no se supo, con todo el capital que tuvimos en las manos, idear y crear los dispositivos políticos  para evitar que pase lo que pasó: el fascismo al poder.

Recuerden. Lo advertimos.  Muchas veces fuimos una voz perdida en medio del bochinche infernal de la  política barata. El triunfalismo estúpido adormeció a muchos de los nuestros. Así nos fue. Así nos va.

   (*) De Iniciativa Socialista