En la foto de Clarín, el secretario de Seguridad de Lanús, Sebastián Castillo, se agarra la cabeza ante el cadáver del asesinado Maximiliano Rojas. Dicen agentes de la comisaría de Monte Chingolo, que Castillo se mostraba preocupadísimo por las declaraciones de los vecinos a los medios. Pero además de las protestas de los vecinos, y de las publicaciones de La Defensa alertando sobre este verdadero azote, a Castillo una persona le comunicó personalmente que habían sido asaltados trabajadores cuando esperaban la apertura de su fábrica, en Chingolo y que por la zona, “patrullan” motochorros, que bien temprano se dedican a eso: a asaltar a trabajadores.
En otro orden el de Maximiliano Rojas es el tercer homicidio que afronta esta gestión municipal: Rojas y Eugenio Sipatov fueron asesinados por motochorros, y el jubilado descuartizado por su hijo.