por Salvador Baratta*
Algún día tenía que llegar. A partir del DNU de Javier Milei -y aclaro que hablo de seguridad porque para hablar de economía tendría que ser entendido en la materia; aunque pensándolo bien podría opinar si de seguridad habla cada payaso, que Dios mío; pero vamos a respetar en lo económico a los que saben- los delincuentes deberán entender que plantarse frente a un uniformado no va a ser gratis, que no acatar la orden tampoco, que si comete un delito ya su seguridad no queda resguardada con salir corriendo y dar la espalda y lo principal es que a partir de ahora la autoridad, es decir el funcionario que interviene en un ataque, será quien se considera en peligro y tiene él la decisión de actuar. En criollo: ya no tiene que tener miedo a defenderse. Saldrán los políticos garantistas a decir que la policía cometerá abusos, que no está preparada, etc. Pero mi respuesta es: ¡Inútiles 40 años de democracia y no pudieron entrenar a la Policía! Bueno, igual es más fácil entrenar a la policía que poner en caja a los delincuentes. Policía que cometa abuso tendrá que enfrentar a la justicia, pero basta del crimen impune de los delincuentes y la destrucción de familias en manos de estos miserables. Yo tengo claro de qué lado estoy con la modificación en seguridad del DNU: estoy del lado de los uniformados y de los ciudadanos. Y antes de que los defensores de los derechos humanos -"de los delincuentes"- me salten les aclaro: me encantaría que alguna se pongan del lado de la víctima. Y tengo una inquietud: ¿Por qué será que a muchos políticos -no a todos- les resulta mucho más fácil defender delincuentes? Para mí la respuesta es muyclara.
(*) Ex subjefe de la Policía Bonaerense y ex edil