por Lisandro Martinez*
Para abordar la crisis nada mejor que García Lorca: “Siempre estaré con los que sufren”
La crisis de la primera semana
El 27/11 se cumplió una semana del triunfo electoral de LLA y en varios días de esa semana hubo feroces discusiones para constituir el primer gabinete presidencial. En esa semanita arreciaron cuestionamientos a figuras renombradas que fueron reemplazadas por otras menores. Hubo renuncias, zancadillas y pasos al costado que dejaron la sangre en el ojo. El jueves 24 se puso a discusión el área de Economía y a Luis Caputo, un hombre de Macri que no estaba en los libros. En cambio Emilio Ocampo, padre de la dolarización y de la idea de cerrar el BCRA autor de “Dolarización: una solución para Argentina” (editorial Claridad 2022), parecía número puesto ya que con sus conclusiones Milei desenvolvería su política económica. Ocampo proponía liquidar el BCRA cancelando sus activos con sus pasivos, la base monetaria y los títulos de la deuda. Un primer reclamo de Ocampo cuando Milei le ofreció presidir el BCRA -para cerrarlo al toque- fue que el ministro de Economía debía ser afín a sus ideales. El día que Luis Caputo sonó seguro al frente del Ministerio de Economía, Ocampo cazó su portafolios y su libro ya perimido y se las tomó abandonando toda responsabilidad y ni Milei ni ningún libertario de peso defendieron su permanencia, con lo que la dolarización terminó siendo pura demagogia electoral para engrupir giles. Ipso facto la dolarización fue enviada al jonca de los recuerdos con lo que la gigantesca deuda del BCRA con los privados sigue garantizada. Esta es la garantía para los acreedores de asegurar la condena a perpetuidad de la deuda argentina.
El guillotionazo a Ocampo y la llegada de Caputo fue una jugada de Macri que se apropió del armado
integral cumpliendo su rol de entregador al capital financiero: El jueves los bancos desistieron derenovar el 60% de las colocaciones de Leliqs que vencían ese día y reasignaron esos fondos a colocaciones con 24 horas de plazo (pases). El posible vuelco de la masa de dinero para que circule propone una corrida y la hiperinflación en horas. Las movidas siguientes del gabinete económico y la caída de algún integrante fueron condicionadas extorsivamente. Lo primero que hizo Luis Caputo fue reunirse con ABRA. Las versiones sobre la reunión confirman que Milei-Caputo, en relación a la cuestión explosiva de las Leliqs, no tenían nada. Caputo descartó salidas como el plan Bonex pero no presentó una alternativa. Caputo desautorizó a Ocampo por considerar que “no había lugar en el mercado para colocar bonos de deuda a canjear por Leliqs, acercar dólares frescos y poner en marcha la dolarización” (La Nación, 26/11). Caputo tampoco pudo acceder al crédito de u$s15.000 millones que fue a gestionar al FMI. Incluso si fuera concedido, esos fondos no sólo deberían servir como respaldo para una eventual salida de las Leliqs, también tendrían que asegurar el giro corriente de divisas, en un escenario con u$s10.000 millones de reservas negativas y una deuda de u$s 40.000 millones por importaciones. Esa frazada -si existiera- es más corta que alegría de pobre. La alternativa de emitir deuda para recibir dólares frescos exige ofrecer activos en garantía –acciones del Anses (provocando su quiebra)- y garantizarlo con patrimonios públicos. La devaluación de la deuda obligaría a emitir títulos por un valor de 3 o 4 veces superior a los valores a percibir. La variante de reemplazar a las Leliqs por títulos del Tesoro en pesos es tan o más explosiva que la situación actual: sí o sí hay que emitir, emitir y emitir pesos del BCRA. Los bancos le reiteraron a Caputo la variante “gradualista” de un desarme progresivo de las Leliqs, como resultado de un feroz ajuste fiscal por un lado y de la progresiva licuación de la deuda, por el otro. La banca y también Caputo-Milei presentan al cese del financiamiento del BCRA al Tesoro como “emisión cero”. Es mentira, porque el BCRA seguirá emitiendo para pagar intereses e intervenir en el mercado de deuda.La salida “gradual” de los bancos, es incompatible con una liberación más o menos posible del mercado de cambios. Salarios, jubilaciones y gastos sociales, pagarán este rescate inescrupuloso de los banqueros de Macri/Milei. Milei/Macri se arriesgan a ser sopapeados en la calle, planteando la intervención de parapoliciales denominados “fuerzas del cielo” junto con la aparición milagrosa del ingreso de dólares del agro-negocio, el gas y la minería, una fantasía de Disney. En definitiva, la cuestión de la quiebra del BCRA pone de manifiesto un dislocamiento más general del régimen económico, que no tendrá salidas indoloras.
Caputo-Posse
Los diarios dicen que Caputo fue “contratado” por Nicolás Posse -futuro jefe de gabinete de Milei- hace varios meses para armar una ingeniería financiera si llegaba a triunfar LLA. Lo que en el vulgo desconocemos es quien contrató a Posse. Un sector de la burguesía nacional, empresarios y políticos apoyó el armado de Milei (La Nación, 26/11). Algunos detractores tempranos de Caputo han salido a acusarlo de que quiere conseguir dólares frescos para armar “una fuga de capitales al estilo Sturzenegger en 2018” (Infobae, 26/11). Según estas fuentes, los u$s12.000 ó u$s15.000 millones que estaría tramitando Caputo podrían tener ese destino. Sugestivamente, Caputo dejó de sonar para el Ministerio de Economía pero sí iría al BCRA, decidiendo ingresos y salidas de dólares. El gabinete de Milei y la bancarrota del país propician una lucha feroz entre capitalistas para ver quién se morfa el “concurso de acreedores” que significa mucha guita. Esta pelea de perros se extiende a la crisis de gabinete y toca todos los ministerios. El “sargento” Villarruel chocó con Milei, quien la sacó de Defensa y Seguridad y la “montonera designada”, Bullrich, le pasó por arriba a Macri, arreglando con Milei a espaldas de su jefe. Los diputados de LLA no aceptan a Randazzo quien aparece como paracaidista del PJ. La disgregación política y el deseo de afanarse la caja de este emparchado régimen político es su sello distintivo.
El cuento de la buena Píparo en Lanús
Píparo hizo la promesa vana que el que saltaba de JxC a LLA e iba con ella a Seguridad. Pero a ella la versearon con el Anses y al final la tiraron a la cuneta desde el coche de la mafia a velocidad. Y ya fue. El choque de mileistas/macristas con las organizaciones populares es inminente.
(*) De Política Obrera