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jueves, 23 de noviembre de 2023

Dura derrota. Pero no nos han vencido


por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

Sufrimos una derrota electoral muy dura. La mayoría de los votantes nos dió un tremendo sopapo. Ahora, la realidad nos exige levantar la cabeza,  ponerle el pecho a la adversidad y desde lo que tenemos, que no es poco, prepararnos para recuperar la iniciativa histórica. No es hora de ser pusilánimes y es en circunstancias desfavorables cuando militantes y dirigentes debemos demostrar nuestro temple. Para llorar están los cementerios. Si hay heridas es necesario curarlas rápidamente porque hoy, que la Patria está en peligro, se necesitan voluntades fuertes y sanas para construir futuro. Los cimientos para un futuro de soberanía política, justicia social e independencia económica no se edifican con miradas melancólicas y lamentos.

Hemos competido dignamente, representados por el mejor candidato posible, Sergio Massa, quien desde el 27% logrado en las PASO llegó al 45% en la final. Una proeza. No alcanzó, pero quedó claro que la casi mitad de los electores no acompaña a la derecha política que, por ahora, ganó una elección pero  muy pronto, tal vez, frente a la agudización de los conflictos políticos y sociales será notificada de su fecha de vencimiento. 2025 será un año electoral y entonces veremos qué gallo es el que canta. 

El peronismo lanusense tiene sobrados motivos para sentirse orgulloso. Derrotamos al macrismo, lo

desalojamos del gobierno municipal y en los comicios del 19 de noviembre aumentamos nuestros votos sobre la derecha llegando a un 10% de diferencia.

Lo que pasó ya es historia y hay que tirar para adelante. Aquí estamos de pié y muchos de nosotros consideramos que es necesario reorganizar nuestra fuerza política, el Partido Justicialista, a fin de orientarla hacia un salto de calidad. Los tiempos modernos exigen actualizar las ideas y adaptar el accionar político para enfrentar a enemigos muy poderosos que, en esta oportunidad, con grandes recursos y capacidad operativa lograron superarnos y quedarse con el gobierno nacional. En adelante, como escribió José Hernández en su Martín Fierro, "para conocer a un cojo lo mejor es verlo andar" y según  como venga el baraje,  habremos de dar respuestas en el territorio que sea. 

Si en esta Argentina dolorida hay tipos con maldad y rencores uno de ellos es Mauricio Macri. Ensoberbecido por el triunfo electoral de su sirviente de turno acaba de amenazar públicamente con reprimir cualquier manifestación popular con las fuerzas de choque de los jóvenes libertarios. Es bueno que Macri sepa que con estas afirmaciones no asusta a nadie ni va a limitar la protesta social que, muy posiblemente, ocurra más temprano de lo que él imagina. También no estaría mal que tanto él como quienes anhelan crear un clima de miedo en las filas de lo que denominamos el campo popular, tengan presente que nunca se pudo someter ni amedrentar a nuestro pueblo con la creación de organizaciones de asesinos. No pudieron con la Liga Patriótica Argentina de Manuel Carlés allá por  las décadas de 1910 y 1920 ni con la nefasta Triple A de López Rega y compañía en los años de 1970. Que no se les ocurra a los neoliberales de cualquier  pelaje, ninguna locura de ese tipo porque, como dijo Perón, "cuando los pueblos agotan su paciencia hacen tronar el escarmiento"

Frente a esta experiencia anacrónica y fosilizada propuesta por la derecha rabiosa, que anhelamos sea muy breve, para nosotros viene un tiempo de trabajar por la unidad popular, por la modernización del peronismo y de animarnos a proponer una lucha frontal contra el sistema capitalista feroz. Seguramente la agresividad manifiesta que expresa sin tapujos lo que se autodenomina "La Libertad Avanza", dispositivo político a las órdenes de Mauricio Macri, Paolo Rocca y compañía, será rechazada y superada por la reacción popular que, en unidad y organización, sabrá plantarse en defensa de la Patria como tantas veces se hizo a lo largo de nuestra historia. Tiempo quieren las cosas, y contrariamente a lo que piensan quienes creen que un triunfo electoral en una coyuntura puede ser un certificado de dominación permanente sobre las mayorías nacionales, en este momento en que lo viejo pretende instalarse para rifar nuestro patrimonio  nacional, fragmentar el país y someter a los trabajadores en un estado de esclavitud, es muy posible que se esté produciendo el nacimiento de algo nuevo que finalmente acabará con las injusticias en esta Argentina dolorida. Desde ya lucharemos por ser parte de quienes contribuyan a acelerar tal alumbramiento. Pasada está pesadilla Milei y sus patrones solo serán un mal recuerdo.

  (*) De IniciativaSocialista