por Aurelio Nicolella*
El radicalismo de Lanús en otra derrota predecible pero no admitida, ni asumida aún por los jerarcas de nuestro partido. Todo sabemos quiénes son los mariscales de la derrota: “el matrimonio” -Emiliano Bursese y Nazarena Mesías- que cerró el partido a los límites de su alcoba. El radicalismo lanusense quedó dentro de una trampa, un laberinto que sólo ha hecho posible que unos pocos pudieran sacar réditos para su propia cosecha. Es necesario que se llame a una convención partidaria “urgente” a fin de determinar el camino a seguir, en donde deberán comprometerse los ediles del partido a respetar la voluntad de sus electores y la plataforma partidaria, solicitar las renuncias que se deban dar, dar explicaciones de por qué se bajó la candidatura del partido, la cual tenía grandes posibilidades de dar una lucha mucho mejor de la que dieron los capitalinos foráneos, y por qué se negoció el lugar de concejal de quién su único mérito es haber formado parte de la juventud del partido.
Pero el motivo que nos inquieta a muchos radicales es que sabemos que “el matrimonio” supo mirar con agrado al “massismo” en una época. Nadie discute el poder que supieron acumular lo cual pudieran ir a seguir negociar el alzamiento de mano con Julián Alvarez.
Los del Pro cruzaron el Riachuelo y por un tiempo ni se avecinarán por estos lares. Más aún cuando Jorge Macri ganó capital y tienen lugar para refugiarse y “conchabarse”. Una vergüenza que en Lanús
en los últimos meses no hayamos tenido intendente: la aventura de ir a conducir un club de un municipio vecino no cayó muy bien entre los vecinos lanusenses como tampoco el candidato puesto a dedo por dicho espacio político, mas aún cuando tomó estado público lo del club Centenario, aunque soy sincero no se entiende bien lo que sucedió, pero por lo visto repercutió en el electorado al momento de emitir su voto.Unión por la Patria se hizo con el ejecutivo del partido, pero surge una pregunta: ¿El haberse unido para derrotar al Pro y sacarlo de la dirección de la comuna, se respetará? ¿Qué se pactó? Secretarías, direcciones, cargos etc. ¿A qué costo? ¿Funcionarán orgánicamente o serán autónomas llevando agua para cada uno de sus molinos? Se desconfía porque se sabe cómo es la política argentina y mas aún la de nuestro pago chico.
En Lanús veremos en estos meses si hubo un cambio positivo para los vecinos o será mas de lo mismo. El tiempo lo dirá.
(*) Abogado y militante radical