En el Hospital Melo, sus trabajadores reclaman por casos que la ponen a Virginia Olivera (foto) como una directora autocrática que al parecer no tiene que rendir cuentas de nada. Dicen por ejemplo, que Olivera nombró a una amiga de ella -la psicóloga infanto-juvenil Julieta Greco- en un puesto en el hospital -con ella asisten a cuanta jornada se le invite- pero sucede que dos trabajadores llevaron a atenderse a sus hijos que sufren autismo, y la Greco les dijo que no podía hacerlo porque se lo tenía prohibido la directora (¿?).También exponen el caso de Nicolás Martinez, maestro mayor de obras, hijo de Olivera que trabaja en el nosocomio de Escalada este. “Martínez trajo a un amigo a trabajar, y muchos hijos de trabajadores, todo bien con el trabajo, pero hay mucha gente que son hijos de las amistades de Virginia Olivera dentro del hospital”, comentan las fuentes.
