jueves, 20 de abril de 2023

Operación Independiente. La Política y el negocio del fútbol


por Omar Dalponte*

En nuestra dolorida Argentina, quienes tenemos vocación por participar en política, para no sentirnos desilusionados y no ceder a las ganas de mandar al demonio todo lo que tiene que ver con ella, deberemos tener mucha fuerza de voluntad y convicciones muy sólidas. Aquí, a la política, cómo a la Esthercita del tango, los hombres (y las mujeres) le han hecho mal. Tanto daño se le ha hecho que, "política", para muchos es una mala palabra. No es para menos porque, reconozcamos, que tanto de parte del oficialismo como de la oposición en sus diferentes variantes, no se han dado claros y grandes ejemplos para ganar la confianza y la simpatía de las mayorías. Los resultados de las últimas cuatro elecciones, en todas las oportunidades, demostraron que ninguna de las fuerzas que compitieron obtuvo sobre las demás una diferencia abultada que les permitiera ganar holgadamente. Cuando se gana por poco, la composición de las cámaras del Congreso Nacional, de las legislaturas y en los concejos deliberantes suele ser muy pareja y resulta difícil para los oficialismos aprobar leyes y ordenanzas que permitan cumplir con los programas elaborados para gobernar. Las oposiciones politicas, cuando no obran con grandeza y anteponen sus intereses de parcialidad a los intereses del país, suelen ser máquinas de impedir. Entre nosotros esto ocurre con frecuencia. Recordemos cuántas leyes positivas no pudieron aprobarse durante los gobiernos de Cristina Fernández y de Alberto Fernández por las trabas impuestas por el macrismo. Tengamos presente la paralización de la actividad parlamentaria cuando, recientemente, los representantes de Juntos por el Cambio no se presentaron a cumplir con sus obligaciones como diputados. La oposición sistemática y destructiva del macrismo y de los medios de comunicación hegemónicos contra el gobierno del Frente de Todos ha sido y es tan feroz que lesionó seriamente la posibilidad de recuperación de nuestro país luego de la pandemia en medio de una difícil situación internacional. También esa oposición despiadada, transmitiendo permanentemente un mensaje de odio ha contribuido a crear en gran parte de la sociedad un clima de desencanto, descreimiento y resentimiento que a ciertos sectores les hace ver una realidad que no es la verdadera. Así es que por tanta falacia que ayuda a crear descontento, amplias capas de la población son ganadas por un estado de decepción que no les permite tener una mirada objetiva. Nuestro gobierno, con Alberto Fernández como presidente de la Nación, tuvo momentos que deberían ser reconocidos

como muy buenos. Sin embargo no es así y muchas críticas injustas, inducidas por la prensa sucia, se desparraman a todo viento  e influyen negativamente en gente desprevenida que cree y repite falsedades sin ningún fundamento. Por operaciones malignas y la confusión que estas generan no se valora la actuación del gobierno de Alberto Fernández durante la pandemia que fue, sin ninguna duda, un ejemplo a nivel mundial.  No se reconoce que aqui, gracias a la acción desplegada por nuestras autoridades y por la actuación de los trabajadores de la salud  se salvaron miles de vidas. No se tiene en cuenta el mérito del presidente en el plano internacional, ganado cuando  salvó la vida del líder boliviano Evo Morales demostrando  al mundo nuestra solidaridad con los perseguidos políticos y la capacidad para defender los principios democráticos. Claro que también hay que admitir que cometimos serios errores, entre ellos: no fuimos capaces de institucionalizar en todo el país nuestro dispositivo electoral, no supimos controlar el tironeo y los codazos entre dirigentes de primeras y segundas líneas, no instalamos candidatos para 2023 con la debida anticipación,  no nos atrevimos a jugar electoralmente con cartas bravas y nos equivocamos respecto a la discusión y el arreglo con el Fondo Monetario Internacional. No decidimos organizar el Partido Justicialista cómo corresponde a su potencial. No supimos comunicar nuestras realizaciones positivas ni responder adecuadamente a los ataques neoliberales.  Quienes gobiernan en nombre del Frente de Todos desde 2019, o sea nuestros representantes a nivel nacional, de provincias y municipalidades, perdieron demasiado tiempo en rencillas menores y no fueron capaces - hasta ahora-  de recuperar fuerzas y hallar  la manera de conquistar el aprecio masivo del pueblo.“Muy cerca de las próximas elecciones generales aún estamos en veremos en lo que se refiere a candidaturas. Los que salieron al ruedo hasta el momento no pasan de escarceos inofensivos mientras el liberalismo dispara munición gruesa a diestra y siniestra. En estas próximas elecciones no solo se juega el destino del peronismo.  Está en riesgo el destino de nuestro país. Es imprescindible que en nuestras filas se tome consciencia respecto a que clase de enemigos enfrentamos. “Son enemigos especialistas en mentir y en hacer pasar gato por liebre que ya están anticipando que vienen a pasar a deguello a todo aquello que huela a pueblo.“Capaces de ofrecerle a la gente anteojos de último diseño Dolce & Gabbana mientras le arranca los ojos con un tenedor. “Los macristas mienten con total descaro. Fingen peleas intestinas pero actúan en bloque. Hay que ser demasiado estúpido para creer que los enfrentamientos entre ellos son verídicos. En el macrismo hay un jefe indiscutido, Mauricio Macri, que con la ayuda de sus primeras espadas es quien decide que se debe hacer y obliga a que el resto acate.“Lo demás es pura pirotecnia y difícilmente haya una ruptura importante en Juntos por el Cambio, salvo que radicales dispuestos a no perder del todo la dignidad resuelvan alejarse de  esas aguas contaminadas.“La operación con el club Independiente, una picardía bien pensada, la cumplieron exitosamente. Fabián Doman, el breve, que seguramente no les habrá salido gratis por los servicios prestados, fue la cara necesaria para la primer etapa. Tras su renuncia el Dr. Nestor Grindetti, intendente de Lanús y precandidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires, asumió la presidencia de Independiente. Nunca en su vida tuvo tanto protagonismo ni presencia en los medios de comunicación, lo cual le vino como anillo al dedo para sus aspiraciones políticas. Además, conducir una de las instituciones más prestigiosas de Avellaneda, le permitió al macrismo hacer una importante cabeza de playa en ese distrito. Y meterse de lleno en el negocio del fútbol. Macri inició su camino hacia los primeros planos de la política desde la presidencia de Boca Juniors. Es muy probable que el doctor Grindetti resuelva los problemas  de Independiente y si eso ocurre (recursos no le han de faltar) del infierno rojo puede ser que se eleven chispas neoliberales. Por el pedido de licencia del intendente de Lanús para dedicarse al salvataje del club de sus amores, hay vecinos lanusenses al borde de un ataque de nervios. Incluidos algunos de su propia tropa. Traerá esta decisión del doctor Grindetti consecuencias adversas para su fuerza política? Agosto y octubre serán testigos.

   (*) De Iniciativa Socialista