por Omar Dalponte*
Los lectores que siguen las opiniones de esta columna, saben perfectamente que quien la escribe es un firme y entusiasta defensor de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). También sabemos todos que en este año habrá elecciones generales precedidas por las PASO y esto es una muy buena noticia para los ciudadanos dispuestos a defender el Estado de derecho y a vivir en un sistema orientado hacia la república democrática que alguna vez alcanzaremos.
Por lo tanto se presenta una magnífica oportunidad para que aquellos que tienen aspiraciones políticas, puedan disputar candidaturas sometiéndose a la decisión del voto popular.
Dicho en buen romance, es esta una buena ocasión para sacarse las ganas de demostrar quién es quien y que cada uno, con total libertad, si se tiene fe, pueda decir como dijo el viejo Fierro: "siempre me tuve por bueno y si me quieren probar, salgan otros a cantar y veremos quién es menos"
Abierta la participación del pueblo en las PASO será muy bueno que todas las expresiones políticas y quienes deseen ser candidatos se animen, debatan y compitan aportando ideas para hacer de la Argentina lo que debe ser.
Los ruidos de la democracia siempre son saludables
En las actuales circunstancias ayudaría mucho que en las próximas PASO intervenga el mayor número posible de organizaciones políticas. En la variedad estará la garantía de la
solidez de las representaciones. En esta oportunidad, tal como están las cosas, cuántos más candidatos se sumen a la disputa mejor. Caer en el error de acordar listas únicas, generalmente armadas por unos pocos y no productos de consensos amplios de gran participación, restaría potencia a nuestra propuesta electoral que, bien elaborada, estará en condiciones de lograr un triunfo contundente en las urnas.Porque la oposición, mal que le pese al antiperonismo rabioso y a la jauría mediática, está en caída libre. El macrismo tiene los días contados. En la Argentina actual no hay lugar para el neoliberalismo descarnado que en su paso por el gobierno dió muestras de su incapacidad y de su brutalidad contra el pueblo. No hay mal que dure cien años decían los abuelos. Ejemplos de que esto es así hay varios en nuestra historia. Allá por la década de los años noventa el menemismo parecía tener visos de eternidad y terminó incinerado. Aún contando con figuras políticas mucho más capacitadas que los mediocres personajes del elenco macrista actual, su derrumbe fue inevitable. El menemato se fue para no volver. Y al macrismo le espera el mismo destino.
La existencia de expresiones históricas - peronismo y radicalismo- con sus más y sus menos, es de por si en el escenario nacional un parapeto infranqueable para el conservadurismo. Es público y notorio que personalidades y distintas corrientes del radicalismo están hartos de la convivencia con la banda macrista que, por una lamentable decisión partidaria, iniciaron hace unos años. Cansados de este maridaje por conveniencia para algunos y causante de disgusto para muchos otros, ahora no son pocos los radicales que se animan a pedir el divorcio y arrojan a la basura los anillos de compromiso. Puede ser que la gente de Facundo Manes , Maximiliano Abad y Martin Losteau en Nación , provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires vayan quitando protagonismo al macrismo duro. El doctor Emiliano Bursese, en Lanús, también puede contribuir a correr del escenario político local al macrismo porteño y recomponer frente a la sociedad la buena imagen que alguna vez tuvo el radicalismo en territorio lanusense.
Serán capaces estos radicales de acercarse aunque sea un poco a los principios de Moisés Lebenshon, de Crisólogo Larralde y de recordar que para don Raúl Alfonsín el límite era Mauricio Macri? Próximamente lo sabremos.
En nuestra Argentina dolorida e insólita todo puede ser o no ser. Nos han ocurrido cosas y de algunas de ellas hemos salido con magullones severos.
En medio de la pandemia, cuando el miedo se nos había metido hasta la médula, algunos creían (creímos?) que saldríamos mejores de tal desgracia. No fue así. El mundo siguió con sus guerras, surgieron otras, aumentó la codicia, sujetos y expresiones de derecha política hacen ruido en el escenario mundial y aquí, en la Argentina ni hablar. Personajes de opereta cómo el lagañoso Javier Milei andan por los medios de comunicación hegemónicos vomitando nazifascismo y figuritas gastadas, de una mediocridad espantosa como Patricia Bullrich, desparraman disparates con total impunidad ofreciéndose, increíblemente, cómo candidata a presidente de la Nación. Sinceramente la presencia y los dichos de estos individuos son agravios a la inteligencia de nuestro pueblo y, desgraciadamente, una muestra palmaria del grado de deterioro alcanzado por la política nuestra de cada día.
En lo que tiene que ver con los referentes locales que integran el Frente de Todos, por parte de la militancia y simpatizantes de esta fuerza política se espera que, a la brevedad, haya un pronunciamiento público de todos los candidatos asegurando la unidad del espacio y la voluntad de sostenerla después de las PASO. Asimismo se espera que quienes sean elegidos para competir en la elección general cuenten con un programa de gobierno municipal elaborado con la participación de todos los sectores y la debida anticipación para ser difundido .
También, según ha trascendido, un grupo de conocidos peronistas con larga trayectoria en el Justicialismo, estarían gestionando una reunión de los principales candidatos del Frente de Todos a fin de requerirles que se comprometan a trabajar en unidad para triunfar en las próximas elecciones.
A estar por las afirmaciones de voces muy autorizadas, de mantenerse la unidad y llevar adelante una acción conjunta de todo el peronismo y sus aliados, la victoria del Frente de Todos en Lanús estaría asegurada.
Cómo datos alentadores que refuerzan dichas afirmaciones se tienen en cuenta los que indican un sostenido crecimiento de algunas agrupaciones, la apertura de locales militantes y las intensas actividades que individualmente realizan los referentes de las respectivas parcialidades.
Si el peronismo quiere, puede. Y en las bases militantes hay voluntad y espíritu ganador.
(*) De Iniciativa Socialista