por Carlos Antonio Reale*
En referencia al hecho de inseguridad, modalidad entradera, que sufrí el pasado lunes 30 en horas del mediodía en mi domicilio particular, es mi deseo aportar las reflexiones a las que arribé al colectar algunas apreciaciones de referentes políticos de nuestro distrito. Pero ante todo expreso mi gratitud a la vecindad que solidariamente me acompañó en ese trance, al personal policial destacado de la Comisaría 4ª, de la Departamental área de Criminalística, al 911 Emergencias, al Same y a la Secretaría de Seguridad de Lanús que sin más trámite puso a mi disposición asistencia legal y psicológica, y siendo que todos por igual acudieron de inmediato y actuaron con total celeridad.
En cuanto a las apreciaciones de aquellos importantes referentes de nuestro espectro político local, de los que pretendo destacar el acierto, en mi entender, es que la seguridad es un asunto de orden nacional y provincial, que los municipios sólo pueden acompañar aportando tecnología e información y algunas veces logística pero que no son los responsables de los hechos de inseguridad. Que por otra parte en el orden provincial es necesario mejorar los sueldos y bancar al policía que cumple con su deber y que precisamente la seguridad en su concepto debe ser tratada responsablemente por profesionales en la materia y que no admite improvisaciones ni mucho menos ensayos académicos alejados por completo de la realidad de todos los días y el conocimiento empírico y racional. Destaco por otra parte que la seguridad pública debe tener continuidad en el tiempo y trascender cualquiera sea el signo político, de lo contrario los delincuentes se adecuarían perfectamente a cada cambio, ya que los habrá más o menos permisivos, no obstante, la rigurosidad en la aplicación de las leyes penales por parte de la Justicia, que implique claramente que los marginales tengan un absoluto temor a la sanción penal a
posterior del accionar represivo de las FFSS.En mi entender la seguridad de una comunidad como la nuestra no debe quedar circunscrita exclusivamente a nuestro distrito. Es decir que debe trascender más allá de los límites jurisdiccionales, mediante acuerdos mancomunados que dejen de lado cualquier aspecto que se aleje del bien común. Pretendo decir que la visión política de la seguridad debiera ser un tanto más global, más abarcadora, como lo es la justicia en sus diferentes distritos. La seguridad debería gestionarse, no en cantidad sino en calidad. Para ello es necesario promover el compromiso de la sociedad, pero no como vulgarmente se habla de “justicieros” o “sheriffs”, o alentando casos de justicia por mano propia, ya que la seguridad como tal es potestad exclusiva del estado, no de particulares. Es entonces que hago referencia a un compromiso que tenga lugar a través de la comunicación a los sectores más vulnerables de la comunidad, por ejemplo, promoviendo capacitaciones en materia de seguridad en sedes municipales que tengan por objeto acercar la comunidad a las autoridades jurisdiccionales lo cual permita un mayor entendimiento y confianza, si se quiere, para enfrentar el delito con más y mejores resultados.
(*) Licenciado en Seguridad
