miércoles, 15 de febrero de 2023

El Partido Obrero y su ritual preelectoral


por Lisandro Martinez*

 Micro estadio de Lanús

Año a año, cuando se llama a elecciones, en el FITu se desenvuelven asambleas y reuniones donde el PTS y el PO pautan un desarrollo y una votación final programada cuyo objetivo es derrotar en las PASO a la otra agrupación para ser legisladores, pero sin debate político y sin control de los trabajadores.  Se reitera cada dos años una puesta en escena que presenta como “novedad” al mismo puñado de candidatos crepusculares salidos del interior del propio partido y a otros de su movimiento de desocupados. Es una rutina descascarada, sin novedades ni perspectivas de cambio. Romina del Plá dio con la palabra exacta para resumir la cita en el microestadio y, por la negativa, acertó al definirlo como:  “Esto no es un ritual aunque lo parezca”.

El Ritual

En esta nueva puesta en escena del Microestadio de Lanús el sábado 11 de febrero el PO montó, sin agregar nada nuevo, “un encuentro del activismo”. El calor por arriba de los 30 grados sumados a viejas letanías practicadas desde 2017 que repiten una y otra vez el mismo relato, parece que fue lo que le dio un marco de tribunas magras y frías a pesar del intenso calor registrado por el termómetro.  Que esto se haya generado en instancias que -según aseguraron los oradores- motorizarían al activismo obrero de todo el país, es contradictorio, ya que no surgió durante todas las horas en el microestadio programa alguno que hubiera salido de “las docenas de asambleas realizadas en todo el país”. Queda evidentemente expuesto que el motivo de las asambleas era votar candidatos previamente elegidos por la dirección del PO y no establecer un programa. 

Las costillas se cuentan de a una

Todo este gasto de energías fue para contarse las propias costillas. Esta es una instancia sin perspectivas futuras que sólo está señalando que se anticipan y posicionan en la carrera para ocupar los posibles escaños legislativos, largando antes que los otros integrantes de la izquierda y pidiéndole al resto del FITu un congreso donde los “2500” del PO impongan sus candidatos sobre el resto.   

El intento es picar en punta para continuar la carrera donde el estado renta a sus funcionarios

que no responden en ninguna instancia al control ni obrero ni público. Así actuaron en el
pasado reciente, donde propiciaron en las legislaturas intereses extraños y contra los trabajadores. El PO y sus socios del PTS como representantes del FITu, votaron en julio de 2020 en la legislatura de CABA proyectos reaccionarios y contrarios a derecho presentados por el estado sionista de Israel, en un decidido paso de adaptación de los legisladores reformistas del FITu a las necesidades capitalistas.

En el mensaje el candidato a presidente Gabriel Solano en el microestadio: 1. Adoptó como espantajos a los protofacistas Milei y Espert señalando que “ese es el derechismo que nos preocupa” ¿Y el otro no? 2. Llamó a "no ser una izquierda light" y 3. Auto cuestionó a su partido reprobando los espacios que buscan "una banca más en el parlamento".

¿Pero y de la situación internacional? ¿Y de la guerra mundial? Ni una palabra.

En la historia política mundial la izquierda fue motor de la lucha contra la barbarie capitalista de las guerras. Solano como la izquierda que sigue la política del reformismo no caracterizó (en Lanús) el momento internacional, por lo tanto no preparó al auditorio ni lo convocó a intervenir de ninguna forma.    

Sin Programa

El Partido Obrero no pudo presentar un programa a la mayoría de la asamblea reunida en Lanús donde los desocupados eran el 80% de la concurrencia. La política del PO para el Polo Obrero es conservadorismo puro: “Defender el pago de los subsidios” de $32.700 cuando la canasta familiar es superior a los $235.000. ¿Y el plan de movilización hacia los municipios que exija el pase a planta permanente y la movilización hacia las grandes fábricas para ingresar a puestos genuinos de trabajo? Tal política no existe.  

El Partido Obrero el 11/2/2023 fue a un acto de autoproclamación de candidaturas en el microestadio de Lanús con una inmensa mayoría de desocupados, cuya presencia era necesaria para asegurar se votaran las precandidaturas al FITu de Solano y Del Plá, quienes se candidatearon como presidente y vice mientras el jubilado Néstor Pitrola fue postulado por el aparato como gobernador de PBA y Biasi a jefa de gobierno de CABA. Romina dijo que “esta instancia fue la conclusión de debates y asambleas que se hicieron desde Ushuaia hasta La Quiaca” y propuso desarrollar una gran campaña política para convocar a un congreso del FITu.

Hagamos grande al FITu

Luego de hablar Pitrola, el siguiente orador fue Alejandro Crespo, secretario general del SUTNA, sindicato que viene de una lucha salarial en 2022/23. Crespo dijo que “las luchas tienen que tener su expresión política. Y la lucha del PO es para que el FITu sea dicha expresión política”. Pero para que eso se haga realidad, el PO tendría que dejar de considerar al FITu un vehículo puramente electoral. Lo que no explicó Crespo es la ausencia de obreros del SUTNA en el microestadio ni por qué el sector más consciente de ese proletariado no está integrado al PO. Un fenómeno inexplicable es que en el SUTNA desconocen las ideas del PO ya que no se distribuye Prensa Obrera, ni hay círculos fabriles integrados políticamente. En cambio, en cada movilización donde el SUTNA reclama al estado son los del Polo los obligados a marchar.

Un contrasentido fue que Solano dijera en el microestadio: “Esta crisis necesita una izquierda que esté dispuesta a tomar el cielo por asalto y que gobiernen los trabajadores”, cuando la política de aparato del PO impide que en su dirección esté integrada la clase obrera.

En julio de 2022 los militantes expulsados del Partido Obrero (ahora Política Obrera) no sólo llenamos el microestadio sino que participaron más de 4.000 entre concurrentes de manera presencial y miles de compañeros, organizados en asambleas, que se conectaron virtualmente en pantalla gigante, dialogando y dejando expuestos sus planes políticos de trabajo en 30 ciudades de todo el país, se deliberó durante 8 horas y en su discurso inicial Eva Gutiérrez desarrolló el problema de la guerra imperialista y cómo enfrentarla, la crisis económica y la profunda crisis política nacional, la cuestión del trabajo y el salario. Aquella asamblea votó una resolución política que fue material de agitación que llevamos a todas las fábricas y barrios durante semanas.

    (*) De Política Obrera