Todo empezó con el reclamo de un vecino quien denunciaba que una familia de Chingolo había “ampliado” su vivienda construyendo sobre la vereda. Despúes se convirtió en una verdadera miniserie de reclamos con irregularidades del cuarto mundo que se cometen en esa ciudad. La de hoy: En Pirovano y Tucumán el tipo se adueñó de la vereda para levantar un verdadero rancherío con pretensiones de galpón. Lo envía Susana y dice: “Sí, es verdad, la municipalidad de Grindetti está dejando que conviertan a nuestra Monte Chingolo en una villa miseria, y nadie hace nada”.