por Lisandro Martinez*
El conservadurismo es la expresión aguda del retroceso humano. Es la intención de detener el paso del tiempo para evitar cualquier cambio. El progreso en cambio es la evolución sin límites y va de la mano de una acción tendiente a perfeccionar lo existente pensando en el bienestar futuro de la mayoría. Es un combate a fondo contra la corrupción y la delincuencia política y económica del libre mercado que traslada a través de sus bancos y agentes todas las partidas presupuestarias del país dependiente a los paraísos fiscales.
La lucha entre un pueblo que no quiere ser estafado y el conservadurismo que nos lleva a una crisis catastrófica hay que entenderla como la pelea entre civilización o hambre y barbarie. Este esquema pone en el centro de la escena al candidato de derecha Néstor Grindetti cuando expresa ante los medios de comunicación su deseo de “fortalecer la autonomía municipal”. Esto traducido al castellano indica su intención de manejar a su antojo cuatro (4) presupuestos de áreas vitales de la comunidad: 1. seguridad, 2. educación, 3. salud y 4. la nómina de desocupados que cobran subsidios provistos por el Banco Mundial. Esta indebida concentración presupuestaria y de poder tiene una finalidad que no es precisamente la de contribuir al bienestar general.
Proponemos:
1. El desarrollo de un estudio preciso destinado a la búsqueda de cuáles son los factores sociales que alimentan la delincuencia para combatirlos. Cómo se desarman las zonas liberadas protegidas desde el poder político que establecen el acuerdo del alto mando y las mafias. Hay que disolver al tráfico de drogas y los delitos, convocando a asambleas en cada barrio que establezcan un nuevo control y esquema de seguridad ciudadana.
2. Colocar a la masa docente mediante la acción asamblearia como dirección de la educación
para desarrollar un país que construya su independencia cultural y económica. Dominando integralmente la educación en cada distrito y en el país.3. Hay que jerarquizar al personal hospitalario que acumuló una enorme experiencia cuando enfrentó a la pandemia a mano limpia propiciando que ahora pase mediante asambleas a ser el sujeto del cambio estructural de la salud y nos proponga un proyecto de progreso social en nosocomios, salitas y toda la estructura sanitaria para la población.
4. Los desocupados deben ser incorporados a la planta permanente con un salario igual a la canasta familiar de $285.000, abriendo los libros del Municipio de Lanús para trazar un nuevo destino a los fondos existentes y a recaudar.
El intendente en cambio se propone:
#Que los docentes se transformen en funcionarios obedientes al municipio, copiando la fórmula de Italia 1928 donde maestros y profesores transmitían las consignas del Duce: ”De casa al trabajo y del trabajo a casa”, etc.
#Que los edificios de las escuelas pasen a ser propiedad del municipio”. (Esta película ya la vimos con Menem/Cavallo que pretendieron vender escuelas).
#Tener en su bolsillo un presupuesto que aplicar a gusto y piacere, ya que el Concejo Deliberante de Lanús es una escribanía que obedece a Grindetti. Así el intendente impondrá cómo se debe educar al soberano, qué textos se le permitirán conocer y cuáles no.
#Anexamente estrangulará económicamente y explotará laboralmente a la docencia en favor de negocios integrados a las patronales que dispondrán de mano de obra barata que saldrá de la cantera del alumnado quien por ahora está condenado a laburar contratado fregando ollas y lavando excusados en los restaurantes de Lanusita-
Las premisas que le dictaron los patrones a Grindetti
Grindetti es un seguidor de la política de flexibilización laboral y de entrega de los recursos naturales que llevó adelante Jair Bolsonaro en Brasil, una política agotada aunque la haya votado el parlamento carioca. Macri en la Argentina hundió su barco insignia en el Congreso por la movilización de masas. El propósito de Grindetti es manejar el aparato de represión, la educación, la salud y a los desocupados en favor del más espantoso empantanamiento social sin progreso alguno a la vista y que en cambio derive en el enriquecimiento de corporaciones y ceos afines cuyo puerto final son los paraísos fiscales. Este es el modelo de “Fratelli Italiani” la agrupación mussoliniana liderada por Giorgia Meloni que comparte ideología, premisas económicas y políticas con su “fratello” Néstor.
El proyecto derechista de Grindetti no tiene nada de nuevo. Es el mismo que le hizo caer la baba a los explotadores de toda laya empezando por la dictadura militar genocida en 1976 y luego al Intendente menemista Carlos Grosso quien el 30/12/1990 envió un proyecto al Concejo Deliberante de CABA que fue aprobado de espaldas al pueblo y permitía “escuelas shopping” cuyo destino era la venta del predio. Esa política trucha la derrotamos en las escuelas y en las calles.
Volver a insistir con un modelo acabado caracteriza a los admiradores de la bota militar aferrados al de’já vu de un modelo que suprima todas las libertades y sus impulsores puedan hacer negocios, con los funcionarios de la iglesia en favor de la escuela confesional arcaica. El proyecto es un retroceso en regla. En 1931 con Pío XI la Iglesia italiana constituyó un sólido soporte del régimen fascista. Perón impuso la religión católica en las escuelas primarias y tampoco prosperó. Ese es el entramado ya fracasado que inspira a Grindetti.
Retomar la vida vigilanteada y cuartelera cuando ya se produjo en los 90’ el escandaloso proceso de “la maldita policía” es caminar mirando atrás para que el estado retome y refuerce el negocio de más zonas liberadas, para robos y arrebatos, el regenteo de la prostitución, los narcóticos y la privatización de la salud. Estas recetas son tan viejas y conservadoras como que ya pasaron 100 años, de la instalación del fascio mussoliniano que fracasó como salida humana y que manejaba todos los negocios mafiosos en Italia. Pero el final de esa historia es lo más instructivo y un señalamiento del futuro que persigue a sus actuales impulsores: Fue una lucha a fondo y empeñosa que terminó con triunfo popular y la derrota de un régimen de terror, obligando al capital a ceder reivindicaciones centrales que iluminaron un periodo de 30 años en favor de las masas.
La lucha una vez más es entre capitalistas que quieren embolsarse al país en favor propio y los trabajadores reclamando que la tortilla se vuelva.
(*) Del Partido Obrero Tendencia