por Omar Dalponte
Compañero Duhalde:
Usted tiene 81 años. Yo tengo 84. Usted y yo somos dos ancianos. Es la cruda realidad que debemos admitir y a esta altura de nuestras vidas es saludable decir las cosas como son y no recurrir a eufemismos. Somos dos viejos como tantos otros. De manera que usted y yo tenemos mucho menos futuro que pasado y dentro de muy poco tiempo seremos la nada misma. Usted ha sido concejal, intendente, diputado, senador, gobernador, vicepresidente y presidente de la Nación. Tal vez, además, haya ocupado otros cargos de importancia y eso significa que ha sido una figura relevante en el escenario de nuestra política nacional.
Yo, solamente, soy un obrero gráfico que, siendo muy joven, paralelamente me fui formando en el periodismo, tarea que realizo hace unos sesenta años sin haber pasado nunca de ser un periodista de pueblo. Es decir: soy simplemente un trabajador. Nada más. Y nada menos.
Milito en el peronismo desde 1956. No sé cuándo se sumó usted a nuestro movimiento. Algunos dicen que sus primeros pasos en la política fueron en la vieja Democracia Cristiana. Aquel partido proveedor de comandos civiles que fueron activos participantes de los círculos antiperonistas que contribuyeron al derrocamiento de Perón y en el cual tuvo mucha influencia, allá por 1955, la Asociación Católica Argentina. No sé si eso fue así. En tal caso, comprobar dónde se inició usted en la militancia será tarea de algún investigador interesado en el tema.
Si sé que en 1973 usted fue elegido concejal en Lomas de Zamora y que por cierta maniobra no santa terminó siendo Iitendente de su ciudad natal. Fue luego de que por una "apretada" mayúscula terminaran bajando de la intendencia al por entonces intendente de la ciudad, Pedro Pablo Turner, elegido democráticamente y apoyado por la Juventud Peronista. Se dijo