por Lisandro Martinez*
En el cuadro de la violenta crisis del capital
La desaparición de personas es parte de un truculento protocolo que comienza en las comisarías de cada barrio. Allí cuando se presentan familiares a reclamar ayuda por la desaparición de alguna mujer, se les advierte con voz tronante que sólo serán atendidos sus reclamos recién al pasar 48 horas sin que la víctima regrese al hogar. Esta conducta policial en el 99% de los casos culmina con la muerte violenta de la mujer buscada, por lo que los criminólogos bien podrían calificar la disposición policial como “de complicidad misógina con el hecho delictivo”. El comportamiento policial de esperar dos días es la llave que abre un sendero de horror con colaboración estatal. Los criminales sabiendo que tienen 48 horas para borrar huellas y descartar cadáveres abusaron y asesinaron a Eliana Pacheco y a Susana Cáceres durante las primeras horas de sus cautiverios. Luego están las marchas de numerosos uniformados por el barrio donde vivía la infortunada víctima pero ya es tarde, ese batallón de paseadores fue inútil para rescatarla con vida
La acumulación de bienes del alto mando es un premio a su ineficacia
Todas estas marchas montadas por los “organismos de seguridad” fueron en el caso de las dos víctimas de femicidio -Susana Cáceres y Eliana Pacheco- la puesta en escena de una búsqueda sin norte que no estuvo basada en una investigación seria y sin ninguna hipótesis, un proceso de movilización sin rumbo ya que arrancaron siempre entre 5 o 7 días después de las desapariciones, yendo de aquí para allá en forma tardía e infructuosa y en alguno de los casos pasando a metros del cadáver sin enterarse de su existencia a pesar de las denuncias
que señalaron que la calle estaba con manchas de sangre. Este proceso ya lo vivimos en el caso de Candela Sol Rodríguez Labrador cuando en 2011 apareció su cadáver a un metro del gobernador Scioli –cuando recorría una calle en Hurlingham- para hacer notar la impunidad de los asesinos y el manejo del negocio de la droga desde la mesa del poder político.La policía de un país dependiente y sometido al imperialismo como la Argentina actúa como un ejército de ocupación tomando como enemigo a la propia población, como cuando se inició la pandemia del covid y maltrataban a barrios enteros tratándolos de “negros ignorantes” en lugar de explicar la nueva situación sanitaria. Por lo tanto la policía no tiene capacidad para montar un gabinete de investigación que formule un diagnóstico de cada situación ni tenga un fichero de los asesinos que purgan o purgaron condenas, ni conocen sus desviaciones síquicas o sus hábitos criminales. Así, sin investigadores profesionalizados no hay quien trace una hipótesis sostenida por evidencias. Es volver siempre atrás y lo único que encuentra “la poli” son cadáveres. Esto replantea hasta el infinito el fracaso (persona muerta) y ningún triunfo basado en un método científico que encuentre personas vivas.
De estos fracasos surgen piruetas políticas cuyo destino es llenar los bolsillos de algunos de los funcionarios del alto mando quienes para hacerse ver hasta se trasladan nerviosamente a bordo de sus helicópteros haciéndonos ver que están en todas. Berni a esta altura ha dado muchos espectáculos grotescos en su helicóptero apareciendo en los escenarios menos pensados, por ejemplo amenazando a un corte de ruta de camioneros que reclamaban por los sobreprecios en los combustibles liberados por el gobierno.
El resultado es que Berni -un hijo dilecto de la Cámpora- debe dar cuenta de sus actos ante los trabajadores y el pueblo sobre la propiedad de una mansión valuada en un millón de dólares en Bariloche. La oposición demócrata, para darle una salida decorosa que no sea la cárcel, está preparando una denuncia por enriquecimiento ilícito, evasión agravada, lavado de activos y falsedad documental (La Nación 26/11/2022), para que todo quede en la nada.
La descomposición política, intelectual y social, que está horadando las altas esferas del régimen es parte del devenir ineludible que ya carcome a la dirección de la represión y se refuerza en la acumulación de la crisis que corroe al capitalismo nacional e internacional.
“Un reporte más completo al que accedieron los medios, reveló la perversidad en la forma de matar de los asesinos: La laringe de Eliana fue obstruida con bollos de papel, lo que provocó la sofocación. El mayor sadismo y la perversión en la ejecución de los asesinatos por parte de una delincuencia motorizada por la droga, conforman un escenario de retroceso colectivo y de disolución del comportamiento social”. Según los medios gráficos la droga es distribuida por “efectivos del Departamento de Investigaciones de drogas ilícitas de la Bonaerense de Lomas de Zamora” (www.lanacion.com 13/8/2022), o por el comisario de Berazategui que secuestró en dos oportunidades a un narco peruano para cobrarle peaje dos veces (www.Clarin.com.ar 18/11/2022).
Estas noticias profundizan la deriva de un estado que ha corrompido la moral del brazo ejecutor de las leyes y en ese trámite se corrompió hasta los tuétanos. Los datos recogidos de los medios sólo señalan algunas “infidencias” que han ganado las páginas de los diarios, pero el pozo es más profundo.
Este cuadro de disolución social piloteado por el capitalismo (padre del femicidio) se impone depreciando los salarios en todos los ámbitos del país y también en la policía y otras fuerzas de represión. El atraso salarial en los policías retirados de Mendoza (www.clarin 4/11/2022) es una expresión de la crisis económica general pero también de la desigualdad entre los efectivos que tienen asegurados algún “curro o changa” que les permite un ingreso extra mientras para los ex uniformados Anses no distrae una moneda, de allí que los retirados de la poli mendocina que intentaron ingresar a la gobernación para reclamar por el reajuste chocaron con sus ex camaradas de la custodia debiendo retirarse con varios heridos. Esto está formateando un escenario de la lucha de clases muy particular donde se destaca un principio de quiebre del aparato represor donde una minoría por ahora puede llegar junto con los trabajadores y el pueblo a sacar conclusiones para las próximas batallas.
Las organizaciones de mujeres deben conformar su propio protocolo desde el punto 1 de ir a la comisaría y realizar la denuncia ante un juez.
Los barrios deben organizarse con una metodología independiente con sus propias comisiones de mujeres y hombres que reciban las denuncias y actúen en la búsqueda sin esperar ni un minuto. Es mejor pecar de apuro que encontrar cadáveres.
Las decisiones tomadas apenas se produce la desaparición o el extravío, ganan la delantera en la investigación, especialmente si el caso resulta un ataque criminal o una investigación larga. La información recogida por la comisión del lugar como el conocimiento del escenario, las personas que conozcan el sitio y los comentarios que hagan los denunciantes, son siempre claves a la hora de solucionar el caso. Para centralizar la información diaria hay que escribir la cronología desde lo último que hizo el desaparecido y las acciones llevadas adelante en relación al caso, hay que incluir todo, incluso los hechos que no parecieran tener relación directa con el caso.
(*) Del Partido Obrero Tendencia