Lisandro Martínez*
En abril de 2006 con el Partido Obrero de Lanús organizamos una movilización al Concejo Deliberante por la urbanización de los barrios más postergados condenados a vivir en condiciones de insalubridad y miseria con sus calles desbordando porquerías. La movida fue ganando adeptos por la propia necesidad y se deben haber movilizado unos 200 vecinos entre Villa Jardín y Villa Porá quienes habían armado un pliego de reclamos para acabar con todas las miserias a las que están condenados los trabajadores hambreados y vecinos que no obstante son contribuyentes municipales que a través del consumo diario pagan sus impuestos sin recibir ninguna comodidad.
Los concejales de aquel momento nos esperaban en fila en la puerta del concejo impactados con la movilización y para recibir el proyecto de ordenanza elaborado en asambleas de esos barrios que fueron mejorando el texto. Aquellos concejales de distintos partidos capitalistas nos dieron la mano a uno por uno en una ceremonia que pretendía sellar un acuerdo que no estaban dispuestos a cumplir y que mediante esa puesta en escena intentaban darle un viso de seriedad y compromiso a su política –una vez más- de engaño y perfidia contra el pobrerío. Dijeron que daban por ingresado el proyecto de ordenanza y apenas estuviera para ser tratado nos convocarían a la sección respectiva, pasaron 16 años y nunca se comunicaron con nosotros. Este corte de manga concertado contra el pueblo fue la expresión local de lo que fue el fallo condenatorio de la Suprema Corte de Justicia por el
envenenamiento del Riachuelo concretado por el empresariado que pasadas las décadas nunca se lleva adelante.Más de una década y media después el gobernador camporista Axel Kicillof el 21/10 firmó un acta entre el Opisu, un organismo provincial de integración social y urbana, y el municipio de Lanús para impulsar un proyecto de intervención integral en Villa Porá que permita fortalecer las acciones que la provincia ya realiza en la zona (¿?) y como si esta promesa fuera poca cosa tambien el gobernador firmó otro convenio con el gobierno nacional para promover el desarrollo de la estructura básica en el barrio Acuba (www.politicadelsur.com) parte del cual hace 16 años vive con sus viviendas apoyadas contra los muros del Parque Industrial, mostrando las características de la barbarie y el abandono que sufren los ciudadanos de a pie. Como todo esto no es gratis estas dos iniciativas significan créditos internacionales y manipulación de las arcas de nación y provincia ya que el “emprendimiento embellecedor” tendrá un costo de más de $3 mil millones que permitirá los malabares que ya conocimos cuando se construyó durante varios años la planta depuradora de curtiembres, que precisamente esta en Acuba.
La capacidad de créditos de Argentina cuando su apoyatura son las urgencias sociales permiten la malversación por parte de las fuerzas de la burguesía dirigente que siempre termina asombrándonos con sus afanes.
El proyecto de intervención integral en Villa Porá demandará una inversión total de $2.249 millones, los cuales serán aportados entre la provincia y el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Con más de 1.300 habitantes en Villa Pora solo se construirán 89 viviendas.
Esto fue firmado en el NIDO de Grindetti y están involucrados Diego Kravetz; el presidente del Instituto Provincial de Lotería y Casinos, Omar Galdurralde; el senador provincial José Luis Pallares; el diputado Nicolás Russo; los concejales Julián Álvarez y Agustín Balladares; el subsecretario de Ejecución de Obra Pública de la Nación, Edgardo Depetri; la concejala Karina Nazabal y el ex intendente Darío Díaz Pérez.
Victoria Tolosa Paz tambien presente hilvanó una desdichada frase como si la historia de la explotación dejara afuera a la organización política en la que ella milita, dijo: “Este proyecto de Acuba, es un emblema de lo que significó el abandono del estado en su máxima expresión, cuando se alejó de la generación de lotes con servicio y obligó a las familias a construir comunidad allí donde pudieran, corriendo riesgos ambientales”. Le aviso a la señora de doble apellido que todo el desastre urbanístico de la PBA es producto de la política de explotación de la clase obrera que han llevado adelante los gobiernos del capital desde hace por lo menos un siglo y medio.
La lucha planteada es porque las asambleas de vecinos y trabajadores de los barrios planifiquen y dirijan la urbanización y les quiten el control de la caja y los créditos internacionales a los punteros.
(*) Del Partido Obrero Tendencia