domingo, 18 de septiembre de 2022

La notinovela de Beto y Amira. 2ª parte


 por Leonardo Saphir*

Cualquier parecido con la realidad...       

   Eran aquellos novios, después componentes de la familia de mamá, papá y el nene que se habían mudado de Lanús a Lomas de Zamora, una localidad cercana.

Beto, se convirtió de la noche a la mañana en un popular cantante de rock de fama Internacional. Ello había traído prosperidad, pero también compromisos. Y algunos difíciles de cumplir como el de tener una vida pública y una distinta vida privada, resguardando a la famila.

Como Beto era un muchacho muy reservado pero ingenioso, se le ocurrió una idea: “construir una gran casa  que tenía dos entradas, una por una calle y otra por la calle paralela. La primera con un enorme  tapial en el largo, el alto y en el ancho, que impedía la visión al interior y la del contra frente, un chalet estilo inglés, común para ese barrio de coquetas mansiones”. Cuando Beto volvía de las giras, las numerosas fans se reunían en la calle  frente al paredón, donde le mostraban el fervor popular al ídolo, que cuando podía escabullirse del asedio, entraba con su coche sport descapotable en el garaje cerrado, en el cual el silencio de la propiedad privada envolvía el misterio de su privacidad.

   Lo que nadie sabía es que el fondo escondía una pequeña puerta que comunicaba con la

otra casa donde residía su familia. Alli disfrutaban del reencuentro con Amira y su hijo, en los momentos de descanso.

  Por su parte Amira desarrollaba una vida común con los vecinos, a quienes explicaba cuando se daba la ocasión, que su esposo frecuentemente viajaba al exterior por cuestiones de negocio. Algunas, en especial las mujeres, sospechaban algo raro ya que nunca lo veían, pero como se conocía la existencia de maridos con dos familias, era un secreto a voces que nadie preguntara nada. Incluso cuando el nene cumplió tres años, Amira lo llevaba a un colegio de la zona como pupilo y podía trabajar en una clínica cercana, con lo cual mantenía una relación cuasi normal con su hijo. Lo increíble es cómo pudieron guardar tanto tiempo el secreto, más en el mundo de la farándula, tan expuesto a la exposición de las revistas, los fotógrafos, la televisión y los nuevos medios de comunicación.

Cuando en el momento del paso a la vida celestial Dios los llamara, seguro que prolongarían la vida material en completa armonía por  toda la eternidad. ¡Viva la familia!

     (*)  Innovador y Emprendedor Tecnológico Adietec