Hay dos figuras sobre las que los vecinos pusieron la lupa ayer: El intendente Nestor Grindetti, y un candidato a sucederlo: Nicolás Russo. Es que ambos propiciaron que ayer, Lanús este, se convirtiera en un lugar invivible por el partido Racing-Boca que impidió la vida normal de esta parte del distito que tiene una vitalidad importantísima, los sábados especialmente, cuando la avenida 9 de Julio se convierte en un concurridísimo paseo de compras, gastronómico y -ahora con el ciclo de conciertos en el Centro Comercial- con oferta cultural incluida hasta bien entrada la noche (que sería bueno que el jefe comunal saliera alguna vez de Lanusita y el diputado provincial del club granate y vinieran a conocer). Nada de eso sucedió ayer. Con vallas tipo estado de sitio por alrededor de La Fortaleza en un radio de diez cuadras que hizo caótico el tránsito desde la mañana, con tres mil policías patrullando las calles, con las plazas y calles convertidas en basurales, con la pujante vida comercial interrumpida al mediodía. Y es de agradecer que los miles y miles de hinchas se comportaran muy correctamente -excepto a la hora de hacer sus necesidades fisiológicas- y que el operativo de entrada y salida de público fue eficiente, pese a que la ubicación del estadio Nestor Diaz Perez lo convierte en un embudo.
En las esquinas Quarraccino y Berón de Astada y Juan B.Justo y Esquiú, desde las 14:00 de ayer la barra de di Zeo se lo pasó tirando bombas de estruendo y fuegos artificiales que hacian temblar las paredes de las casas. En esas esquinas esta mañana todavía está la montaña de botellas y basura a la vista. Los jardines y las casas meados y cagados a más no poder y las plazas Sarmiento y Auyero, convertidas en un basural hasta bien entrada la mañana de hoy son algunos de los daños colaterales del partido semifinal de la Liga, que para los periodistas "fue una fiesta con las dos parcialidades presentes", cosa discutible para vecinos y comerciantes de Lanús E.
Para muestra basta ver el video -en el canal You Tube Gerardo Masiello- con la entrada de público a la cancha (foto) por la calle Esquiú.