Páginas

martes, 22 de marzo de 2022

Tantas veces me mataron, tantas veces me morí... (1)


por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com   

¿Cuántas veces desearon y anunciaron la muerte del Peronismo durante sus casi 77 años de vida? ¿Cuántas veces quisieron matarlo? Sin embargo sigue aquí. Resucitando. El discurso agresivo y las acciones criminales  de la derecha gorila fueron totalmente inútiles. Tampoco fue  efectiva la complicidad  de la vieja “izquierda”  con las clases dominantes. Menos aún su palabrerío vacuo y su absurdo antiperonismo que la alejaron de las masas  haciéndola acreedora del desprecio de los trabajadores. A pesar de todas las agresiones, de todos los vaticinios y de los malos augurios el peronismo sigue en pie. Pero por desgracia,  los herederos de gorilas y “contreras”, con el mismo odio que sentían sus antepasados hacia los sectores populares, también están presentes en estos días haciendo lo que pueden para impedir que el país salga adelante. Les dolió la derrota electoral de 2019, odian al peronismo, maldicen a Cristina y por todos los medios procuran hacerle la vida imposible al presidente Alberto Fernández. Los lenguaraces del macrismo aprovechan cualquier oportunidad que les permita vomitar su muletilla de cuatro palabras: “el presidente está débil”.  Hasta en modestas publicaciones locales algunos, que por la generosidad de ciertos medios tienen posibilidad de publicar interminables galimatías utilizando mal el recurso de “copia y pegue”, desde la marginalidad política y con el resentimiento de sus fracasos personales a cuestas lanzan diatribas contra Perón y el peronismo con total desconocimiento de la historia de este Movimiento,  del pensamiento de su líder y de la grandeza de sus mártires. Sólo un ignorante malintencionado puede difamar a compañeros de la Resistencia Heroica. Sólo a un bruto, se le puede ocurrir, en 2022,  intentar discutir sobre si Perón fue o no fue socialista.  Estos personajes, a los que el General calificara como “bosta de paloma” son tan insignificantes que ni siquiera merecen ser nombrados. De todas maneras no está mal dedicar unas líneas para desplumar sus gansadas.  Estos fantoches con veleidades periodísticas, anclados en

1940, se largan a opinar sin saber de qué hablan, desconocen nuestra realidad y con la mente cristalizada aún siguen discutiendo sobre el color del mango de la piqueta con que le hicieron saltar los sesos al bueno de León Trotski. Mienten respecto al peronismo. Difaman a gente honorable. Jamás han hecho nada por los vecinos de Lanús ni por nuestras instituciones. Atacan al peronismo. Pero se cuidan mucho de criticar al macrismo. Son muy pocos. Nunca llegaron a nada y encima, por inútiles, los echaron a patadas del lugar que alguna vez pertenecieron. En verdad son innombrables así que..al que le quepa el sayo que se lo ponga. Por suerte en el panorama político asoma una izquierda renovada con la cual el peronismo tiene diferencias pero mantiene, por medio de algunas voluntades militantes, un diálogo civilizado reconociendo los valores de dirigentes como Romina del Pla, Nicolás del Caño o Myriam Bregman quienes han oxigenado su espacio sacándose de encima a viejos figurones que por cobardía o vaya uno a saber por qué motivos, renegaron de su verdadero nombre. Como decía Martín Fierro: “ Lo hicieron no tengo duda/Pero es la verdad desnuda/ Siempre suele suceder/ Aquel que su nombre muda/Tiene culpas que esconder”.

Intentemos ahora realizar una breve crónica relativa a sucesos recientes permitiéndonos, de paso,  emitir un par de opiniones. La semana pasada  el Senado aprobó por amplia mayoría, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Todo salió de acuerdo a las necesidades del gobierno que supo “muñequear” el tratamiento del tema en las negociaciones previas  a la sesión que convirtió en ley el convenio para refinanciar la deuda contraída durante la gestión de Mauricio Macri. Una vez más el peronismo se ve obligado a encarrilar problemas causados por otros, o sea  sacar las papas del fuego cuando el país se está incendiando. Como ocurrió con la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados, ahora la ausencia de Cristina Fernández en el momento de la votación, los 13 votos en contra del acuerdo y algunas abstenciones produjeron un revuelo no menor que permitió a la vocinglería periodística hacer miles de especulaciones. Algunos charlatanes dan por quebrado al Frente de Todos y anticipan una derrota del peronismo en 2023. A veces el caradurismo y la maledicencia  de ciertos mercenarios de la prensa sucia no tienen límites. ¿Procedió correctamente Cristina al ausentarse de la sesión del Senado y no estar presente en el momento de la votación? Creemos que no. Pero ella tiene su forma de dar señales. A veces son bien vistas. Otras veces no.

Conociendo un poco el peronismo, contrariamente a lo que más de un lengua larga pretende hacer creer, los debates internos, las peleas, las definiciones y alineamientos de las diferentes corrientes del Movimiento hay que considerarlas positivas. Es muy posible que después del actual chisporroteo  a nivel de dirigentes y luego de las elecciones internas del Partido Justicialista bonaerense el peronismo logre un salto de calidad que le permita afianzar su gobierno y obtener una victoria contundente en 2023. Veamos este conjunto de elementos que cargan las mochilas del Justicialismo y del FdT: La Confederación General del Trabajo apoya la gestión de Alberto Fernández. La mayoría de los gobernadores también.  Los peronistas leales tenemos el deber de hacerlo. Martín Insaurralde está efectuando un buen trabajo con los intendentes del peronismo de la provincia de Bueno Aires. Máximo Kirchner con sus posiciones claras y su actitud coherente se proyecta como una carta brava para jugar el año próximo. Sergio Massa es un buen nexo entre los distintos actores. Salió muy bien parado por su participación en las negociaciones para lograr consenso respecto al acuerdo con el FMI.

En Lanús las nuevas autoridades del Partido Justicialista seguramente inaugurarán un tiempo nuevo para el peronismo local. Hay que convencer a la militancia que todo debe resolverse dentro de las filas partidarias y que cualquier aventura fuera del Justicialismo no tiene destino. Despacio, sin prisa y sin pausa cada quien debe integrarse acompañando la figura que prefiera o a  la corriente interna con la cual se sienta identificado. El apoyo al gobierno de Alberto es conveniente y sumamente necesario. La preservación de la unidad es imprescindible. En las PASO habrán de resolverse las disputas internas. El que gana conduce. El gran objetivo es recuperar Lanús para bien de los vecinos. Y para salvar el honor del peronismo.

   (1) De “Como la Cigarra”, de María Elena Walsh

   (*) De Iniciativa Socialista