La voracidad recaudatoria del estado en su máxima expresión
Dice Jorge Arizmendi: “Pude observar, que hay cámaras de foto multas, en dos intersecciones de calles muy transitadas, una en la avenida Alfonsín y Sarmiento, antes de llegar a la YPF que está en la intersección de ambas avenidas (izquierda) y la otra cámara de foto multas está también sobre avenida Alfonsín y Madariaga, a la altura de la villa La Maquinita (derecha), lugar extremadamente peligroso durante la noche con respecto a la inseguridad.
Estas cámaras que no son dos, sino que son 2 grupos de 3 cámaras cada uno, tienen una particularidad, una picardía del municipio para cobrar multas: Ninguno de los dos semáforos de las intersecciones mencionadas tiene contador de segundos, que permitiría calcular cuánto tiempo queda para cruzar en verde. Al no tener ese contador, el cruzar el semáforo en verde, se transforma en una ruleta rusa, ya que si cruzando la raya peatonal, el semáforo cambia al amarillo, este amarillo es tan corto, que -un pingüe negocio para el municipio- no hay manera de evitar el rojo, sólo es cuestión de azar, y el azar no responde a ninguna regla de tránsito, sino que es todo lo opuesto: Pero además, el colocar cámaras en la intersección de Alfonsín y Madariaga, es de un maquiavelismo sin límite, ya que si a la noche un auto se detiene por el semáforo en rojo, te pueden robar y hasta asesinar, o sea, hay que elegir entre la multa por pasar en rojo, o que te roben o maten. Luego de lo descripto, considero que todas las multas que se confeccionaron, y se confeccionen en estas dos intersecciones, son inválidas, ya que hay un vicio de trampa por parte del municipio, ya que el cruzar en rojo interviene el azar, no la prudencia y el cumplimiento de las leyes de tránsito, sólo persiguen estas dos cámaras un afán recaudatorio perverso”.