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martes, 1 de febrero de 2022

Una movilización con sesgo de impunidad


por Aurelio Nicolella*

Muchos me preguntan porqué no voy a concurrir a la marcha que tan mentadamente proponen los partidarios del oficialismo contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y por más que he recibido por parte de varios “sicofantes” profesionales reprimendas, debo decir que no concurro porque la considero partidaria con un fin técnicamente político e irresponsable para beneficiar a un grupo de personas que deben dar respuesta a la sociedad. 

Este martes 1° de febrero comienza un nuevo año judicial, se termina la feria, y el poder judicial retoma a pleno sus actividades. Lo cierto es que será un año en el ámbito judicial muy especial en donde la grieta que ya hace tiempo llegó al también al Poder Judicial se encontrará este primer día con movilizaciones en "las calles y plazas de toda la Argentina", la consigna de movilización al Palacio de Tribunales en la ciudad de Buenos Aires es en reclamo de la renuncia de la actual Corte Suprema, el fin de “lawfare" y la "efectiva democratización de la justicia".

   Con el discurso de la democratización y el “lawfare” instalada en una parte de la sociedad se pretende inducir al resto de la sociedad de lo putrefacto del sistema judicial. Basta ver el fogoneo de la señora Fernández de Kirchner en sus últimos discursos como también de sus partidarios. Aquí debemos tener en cuenta que a todas luces lo que se pretende es obligar a cerrar causas que comprometen a muchos de los dirigentes actuales del gobierno nacional, incluida las que desvelan a la vicepresidente de la Nación, aunque se deban sacrificar las

que afligen al anterior gobierno de Juntos por el Cambio.

   Es sabido que restan menos de dos años para que se produzca el recambio presidencial y a estas alturas al oficialismo le costará poder seguir en el poder, por eso los tiempos “urgen”, hay que cerrar las causas, que se pueden convertir en eternas, principalmente como dijimos las que aquejan a la vicepresidente y su entorno familiar, es que para el kirchnerismo el haber vuelto al poder y no poder haber cerrado esa sangría demuestra haber perdido de poder hacer borrón y cuenta nueva. 

Nadie discute que un cambio en el Poder Judicial es necesario, donde deberá existir más transparencia de sus actos, donde prime la ética, la equidad y la honradez, todas virtudes comprendidas dentro de una justicia sana. Pero como pretenden apurar los aliados del gobierno es coaccionar a un poder del estado que de acuerdo a nuestra Constitución Nacional es independiente.

Para muchos que somos hombres y mujeres del derecho habitués de los pasillos de tribunales: ¿Que significa “democratizar” cuando se lo dice con total soltura desde una parte de la sociedad? ¿Pretenden elecciones para elegir jueces y fiscales? Sabrán lo que conlleva ello.

   Que los jueces y fiscales hoy en el ámbito federal y provincial es un cambio de figuritas que hacen en los consejos de la magistratura a nadie escapa, un grave error de la Reforma del ‘94, y que no se debe seguir eligiendo jueces por este sistema todos los sabemos, pero nadie quiere retirar el “ponche” a mitad de la fiesta.

  Los jueces y fiscales deben ser electos por un grupo de personalidades notables de la sociedad, donde no debían intervenir para su elección solo jueces, políticos y abogados, hasta consideraría que estos deberían ser minoritarios, y no como se hace actualmente ya que condiciona la elección a un mero acto político partidario.

  Se puede intuir que elegir por medio del sufragio de la ciudadanía a los jueces y fiscales, terminaría también en argucias partidarias, pues muy difícilmente accederán los más probos sino los que mas estructura partidaria tienen. En eso hasta Eugenio Zaffaroni está en contra ya que ha manifestado cuando fue ministro de la Corte Suprema que “es una locura” elegir por voto popular jueces y tiende a “la demagogia judicial”. Pero bueno a veces no se oye cuando no conviene, aunque venga de propios.

  Lo cierto y cualquier analista sabe que toda esta movida, de movilizaciones es al único fin de desplazar a jueces para nombrar a adeptos con el fin de cerrar causas, tal como se dijo.

Por eso, este año judicial que comienza es seguramente uno de los que se verá toda la miseria en las que cayeron las instituciones del estado, esta batalla en uno de los poderes del estado hara que las instituciones se terminen debiliten. 

Debemos todos los que somos parte del sistema judicial, jueces, fiscales, abogados y justiciables tratar de no caer en falsas premisas, debemos luchar con el propósito de recuperar la virtud ciudadana y la conciencia institucional, sin las cuales no hay justicia que pueda hacer milagros ni república que logre brillar.

    (*) Abogado y militante radical.