por Lisandro Martínez*
Hay otra historia (la verdadera) quien quiera oír que oiga (Litto Nebbia).
Gisela Marziotta, es una diputada K que anunció la aparición de su nuevo libro titulado: "Las primeras mujeres que cambiaron la historia”. El reportaje en Página 12 (18/02/2022) esclarece los límites políticos de Marziotta quien no distingue a una arribista despiadada, María Estela Martínez de Perón, de una luchadora.
¿Quién fue “Chabelita”?
Que alguien que se propone reivindicar a las mujeres tome a la presidenta del gobierno de la Triple A como “alguien que rompió los esquemas” es burlar la verdadera historia. En el gobierno de María Estela Martínez, “Isabelita”, hubo un proceso de represión, militarización de la sociedad, desaparición de personas, torturas y ejecuciones. A “Chabela” no le dio asco nada y se hizo la burra cuando la Triple A masacraba compañeros. Con Perón muerto, su apuntador de discursos fue el asesino López Rega.
La ignorancia de la diputada Marziotta se debe a que el PJ (al que ella reporta), es hijo de “la
infabilidad papal”. Perón entendió que el cristianismo era un arma para dominar a los creyentes y tomó dos principios medievales: las “encíclicas papales” y “la comunidad organizada”, sumando “la humanización del capital” un “curro” del Vaticano para estafar a “il poppolo”.Nacionalismo burgués, papal, germanófilo y anticomunista
La doctrina social justicialista es hostil a la revolución social, por lo tanto con el film “La hora de los hornos” capítulo “Actualización Politica y doctrinaria para la toma del poder”, el general Perón en los ‘70 vendió la farsa de “un PJ de izquierda y socialista”.
El 1/9/1939 comenzó la 2ª Guerra Mundial: los nazis invadieron Polonia. El golpe del 4/6/1943 en Argentina inició un gobierno militar con Farrell y Perón. El 26/1/1944 ese gobierno declaró la guerra a Alemania a pedido de EEUU.
En 1945 el gobierno de Perón, junto a EEUU y otros países de América fundó la ONU. Ernesto Guevara en 1964 denunció en la Asamblea General de la ONU en Punta del Este: “La ONU es el ministerio de colonias de América Latina”.
El TIAR, un bloque anticomunista encabezado por EEUU, mereció la firma de Farrell/Perón en Río de Janeiro 1947.
En 1951 Perón presionado por EEUU firmó los entreguistas contratos petroleros.
De 1955 a 1959 Perón intercambió cartas con John W. Cooke. En una le indica: “Hace 5 meses señalé que por las fuerzas del pueblo se podía desatar el caos. La nuestra es una revolución social y todas partieron del caos y nosotros no debemos temer al caos sino provocarlo y utilizarlo en provecho del pueblo…” (www.infobae.com.ar 28/1/2022).
En 1958 Perón apoyó electoralmente a Frondizi cuyo programa era pro yanqui.
El macartismo se sube a la nueva ola
“La nueva izquierda” fue un fenómeno internacional de los ‘50, ‘60 y ‘70 en Europa y EEUU. Los debates se inician en 1954 pero The New Left (nueva izquierda) en Gran Bretaña se da en 1956 a partir de dos hechos: El aplastamiento de la Revolución Húngara por los estalinistas y la invasión franco-inglesa al Canal de Suez tras la nacionalización de Nasser en Egipto.
Pero la chispa liberadora fue el informe al XX Congreso del PC ruso en 1956, donde se denunciaron los crímenes de Stalin contra la revolución socialista de octubre. 30 años antes esa denuncia le había costado exilio, gulag y extermino a los trotskistas. Según el historiador yanqui Eric Zolov “el informe de Kruschev «dejó en pelotas» al campo socialista minando la credibilidad de los estalinos”.
El 28/6/1966 se produjo el golpe de Ongania. Perón llamó a “desensillar hasta que aclare” y no defendió a Illia quien había tomado medidas nacionalistas anulando contratos petroleros y controlando el comercio exterior. Perón apoyó a Ongania.
En 1968 en Vietnam la ofensiva del Tet puso a EEUU al borde de la derrota, que luego se concretó. Eso provocó la algarabía juvenil en EEUU y en todo el mundo. Entre el 20 y 21/8/1968, 5.000 tanques rusos y 200.000 soldados invadieron Checoslovaquia poniendo fin a la “Primavera de Praga”. Durante 8 meses los checos intentaron construir un socialismo sin burócratas. En mayo se produjo el levantamiento obrero estudiantil en Francia. El ascenso de las luchas llegó a la Argentina con grandes movilizaciones obreras y estudiantiles que coronaron en el Cordobazo. Ese cuadro internacional fue el que encendió el debate de la necesidad de una nueva izquierda en Europa, EEUU y América Latina. Allí fue preciso maquillar al PJ “girando” a la izquierda.
La izquierda peronista, un cuento trágico
La renovación se impuso a todos y se camuflaron posiciones políticas. Todos en su programa combinaban “liberación nacional”, “socialismo” y “revolución”, imprimiendo en Argentina impulsos a la nueva etapa. Ponerse “en onda” fue la orden que involucró a todos: peronistas, izquierda tradicional, PC -¡que había entregado a la CIA al Che en Bolivia!- nacionalistas y hasta el Vaticano y sus curas (“La primacía de la política: Lanusse, Perón y la Nueva Izquierda en tiempos del GAN”. A. Pucciarelli, Eudeba 1999).
Rodolfo Puigros, ex PC y nuevo “nac&pop y revolucionario”, se carteó con Perón y le agradeció que “al declarar usted que el peronismo es el socialismo nacional, nos permitirá destruir la influencia de sectas antinacionales y abrir los cambios sociales que la patria exige” (4/8/1971 Box 1. Hoover Institution Archives, Stanford University).
Gracias a estas malversaciones, los muertos se contaron por más de 30.000.
En el “me ne frega”, Perón escribió: “El pueblo tiene que hacer guerra de guerrillas” (“Correspondencia Perón-Cooke” Granica 1973, Pag. 11, 13 y 17). Un dislate: hacía 15 años la guerrilla que estaba en el poder en Cuba, era zurda y monopolizaba las ideologías, mientras Perón vendía su proyecto apolillado: “cristiano y humanista”.
La historia en la piel
Perón se empeñó en derrotar al movimiento obrero, fortalecer la burocracia sindical y colocar frente del estado a la Triple A. Muerto Perón, la burocracia no pudo contener la lucha obrera. El 27/6/1975 se marchó para garantizar los aumentos obtenidos y echar a López Rega. El 28/6 “Isabelita” anuló las paritarias y dio el 50% de aumento general. “Todo lo sólido estalló en el aire” (dijo Marx) y se produjo la huelga general de la Coordinadora de Comisiones Internas y Delegados y en 10 días se conquistaron los mayores aumentos de salarios de la historia, arrancados a un estado -¡fachista!- que decidió luego junto al imperialismo el genocidio de toda una generación.
“Isabelita” fue una responsable más del genocidio.
En la foto, parte de la gigantesca movilización a Plaza de Mayo del 27/6/1975.
(*) Del Partido Obrero Tendencia