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viernes, 7 de enero de 2022

El régimen político de Lanús, condenado a repetir actos de corruptela que distinguen al capitalismo


por Lisandro Martínez*

  El mito del enceguecido Sísifo es el que persigue a todos los llamados “emprendedores” capitalistas que sólo tocan pito para aplicar el formalismo más reaccionario y, aunque saben que están castigados a la pena eterna del fracaso, se auto obligan a volver una y otra vez en el intento de subir la piedra y que no se les desmorone en el camino. El proclamado esfuerzo social es una patraña y tapadera de sus verdaderos fines. 

   La filosofía del absurdo se impone en un régimen que desprecia motorizar a las masas, porque entiende que ponerlas en marcha para superar el estadio de semi salvajismo en que vivimos, desnudaría que la dirigencia en todos los niveles es tan  inservible como bocina de avión. Todo el funcionariado está subordinado a la consigna de “sálvese usted mismo y los demás que se vayan al joraca”. El fin que persigue el trabajo a lo Sísifo es la coartada de la verdadera actividad de saqueo al tesoro nacional: la forma más sencilla de expropiar la plusvalía a los laburantes en masa.

  En Lanús está encaramado con el peñasco bajo el brazo Grindetti, quien ha dado muestras sobradas de su destreza para acumular riquezas producidas por otros y trasladarlas a paraísos fiscales a nombre de sus empleadores y para sí mismo. Esto aparece como un record personal que debería figurar en el libro Guinness de los records mundiales frente a los otros individualistas que están en esa competencia desleal del afano en masa.

El émulo de Sísifo, Grindetti, soporta -por las prebendas que luego recibe- las forreadas de la patronal de Edesur, quien por lo menos dos o más veces por año toma de punto al intendente cuando deja sin energía eléctrica a miles y miles de vecinos de Lanús que forman parte del

pueblo más vapuleado. El intendente de Lanús no se hace cargo de nada porque sabe que los otros funcionarios de igual rango actúan de igual forma, por lo que su desempeño no debe medirse por la defensa de la cosa pública sino por hacerse “el dolobu” frente al saqueo descomunal a las finanzas públicas que finalizan exportándolas a los Paraísos Fiscales (PF). 

   Para revisar al personaje hay que examinar el comportamiento general de sus imitadores, todos funcionarios contribuyentes a los PF, que han logrado que Argentina un país con el 50% de hambrientos, sea reconocida como uno de los mayores aportantes del mundo a los PF. La ONG Red de Justicia Fiscal (TJN, por sus siglas en inglés) publicó hace una década un listado de los 20 países con mayor stock de fondos ilícitos depositados en paraísos fiscales en el periodo 1970-2010. La Argentina se ubicó en el octavo lugar, con u$s 399 mil millones. Es decir: la deuda pública íntegra estaba depositada hace 50 años en los PF, por lo tanto la exigencia del pago a la deuda que tanto persiguen los Grindettis sirve de coartada para evitar se descubra a los ladrones del erario público.

Las cosas cambian, tal vez un poco más lenta de lo que necesitamos  

     El director de la BBC John Christensen señaló en su momento: “Las élites latinoamericanas han sido alentadas por los bancos estadounidenses para enviar sus recursos al exterior, en los años 70, con las dictaduras”.  Y explicó que 4 países latinoamericanos están entre las naciones que más dinero poseen en paraísos fiscales. Los explotadores de la Argentina se ganaron el octavo lugar, detrás de Brasil, México y Venezuela. La acción de las patronales de estos países “sudacas” revela su accionar delictivo y su inutilidad como gestores de un futuro para sus países. 

    Los ateos convencidos -la mayoría de la población que ha perdido el gusto de ser engañada con cuentos infantiles- han adquirido una fabulosa desconfianza frente a los estafadores.  Como herramienta para enfrentar esa realidad se acostumbró a mirarla de frente, tal cual es. El ejercicio que tiene más futuro es explicarle al pueblo la necesidad de derrotar esa realidad y cambiarla. Nadie hace 50 años podría haber pronosticado que la iglesia se desmoronaría perdiendo el 80% de sus seguidores en el siglo XXI.

Mentiras verdaderas: "Te digo que dije pero no lo digas"

    El 23/12/2021 frente a “reelecciones si, reelecciones no”, por twiter Grindetti expresó: “Esta ley pone un límite a las reelecciones en la PBA, significa una mejora sustancial en la calidad democrática, pero creo que fue mal reglamentada”. 

  El 24/12 Grindetti otra vez desde las redes emitió el documento: «No a las reelecciones indefinidas. La re, re y la desigualdad ante la ley», firmado por los intendentes de Juntos que promovió Grindetti. Más abajo, el mismo Grindetti explicó que el proyecto de Juan Pablo Allan y Joaquín De la Torre (de Juntos) y Gabriela Demaría (del Frente de Todos) «pretende subsanar los defectos del decreto reglamentario original». 

De esta forma para Grindetti, una cosa es el título de presentación y otra cosa es la declaración misma. Este verdadero embrollo fue envuelto en papel seda. 3 legisladores: Lorena Petrovich y Adrian  Urreli del Pro representantes de Lanús junto a Nazarena Mesías de la UCR, votaron a favor de la norma. 

Grindetti señaló que “se oponía a la «reelección indefinida», pero no a su tercer mandato como intendente de Lanús”, que es lo que él pretende cumplir (www.launiondelanus.com.ar 29/12/2021). 

Grindetti y los intendentes que hayan sido electos en 2015 y reelectos en 2019 pueden aspirar a un tercer período. Desde fines de diciembre, Diego Kravetz fue deshonrado y su “padre padrone”* le arrebató la inocencia. 

El todavía secretario de Seguridad perdió la aptitud de fumar bajo el agua: no hay límites ni disposiciones legales que le garanticen que Grindetti no se coloque a la cabeza en la boleta de Lanús en 2023.

La intervención mediante la filosofía del absurdo en el escenario político es una imitación berreta del vendedor de chafalonías “Groucho”, integrante de los Hermanos Marx, cuando señaló utilizando el humor absurdo, la fina ironía y su gracia: “éstas son mis convicciones, si no le agradan tengo otras”, parafraseando a los brutales capitalistas de aquella época.

      (*) Del Partido Obrero Tendencia