Abby ya tenía todo listo para comenzar con la clase. No con una historia esta vez, sino
explicándoles tres videos acerca del tema que había preparado: Primero, “Una canción para el Universo”; luego “El Universo,las Estrellas y Galaxias”, y por último “El Universo y el Big Bang ”. Pasaron algunos minutos y cuando los niños volvieron a sus equipos, ella ya los había preparado para que con sólo un click pudieran comenzar la lección. Pero, para su sorpresa la introducción, la foto de una niña sentada en la tierra desde un mirador rodeada de lejanas montañas, observando embelesada la incipiente noche clara y muy estrellada que cubría el espacio, produjo un silencio, silencio que se prolongó largamente ante todos los presentes, absortos ante la mágica escena.
Abby rompió con el encanto, presta a comenzar a desarrollar las filmaciones y explicaciones. Conocían por las clases anteriores acerca de las luminarias del cielo, los planetas y otros cuerpos celestes, pero la imaginación que despertó en ellos aquella foto, las preguntas que comenzaron a hacer y las proyecciones fueron el trasfondo de un intercambio de preguntas y respuestas: ¿Qué es el Universo? ¿Cuántas estrellas hay? ¿Están muy lejos? ¿Porqué de noche está oscuro? ¿La Tierra es redonda? ¿Porque no nos caemos? ¿Podemos chocarnos con otros planetas? Fueron algunas de las preguntas que hicieron al unísono los chicos.
Como se estaba haciendo tarde y tenían que volver a casa, cenar e ir a dormir enseguida ya que al otro día había que levantarse temprano para ir a la escuela, Abby dio por terminada la clase, pero antes prometió continuar con el tema. Más que satisfecha por este Noticuento más visto que contado, tuvo la oportunidad de constatar la ventaja que la tecnología tiene en el aprendizaje de las niñas y niños, cuando sus mentes, sus corazones y sus espíritus absorben conocimiento de un mundo lleno de interrogantes acerca del origen del Universo.
Leonardo Saphir -saphirleonardo@gmail.com