por Lisandro Martínez*
La conquista de Kabul por los talibanes es una derrota política e ideológica de la OTAN, a manos de un grupo creado y entrenado por la CIA (los talibanes). EEUU no pudo derrotar a los fundamentalistas, a quienes había armado antes contra el gobierno democrático de Afganistán en 1978/1992.
La derrota de la tecnología (drones, etc.) al servicio de la barbarie es una gran noticia para las próximas rebeliones mundiales.
En 2010 Julián Assange ventiló 400 mil reportes sobre Irak, 90 mil de Afganistán y más de 250 mil cables, incriminando a los representantes de la civilización occidental y cristiana por crímenes de lesa humanidad contra civiles desarmados. Esto recuerda a los “Papeles del Pentágono” publicados en 1971 por el periodista Neil Sheehan cuando cayó Nixon.
La victoria Talibán debe ser leída como un triunfo de los oprimidos. En 1885 otros “salvajes” aplastaron al ejército inglés, lo que fue celebrado por el religioso y fundador de escuelas Willian Morris, quien saludó la victoria en Sudán de los esclavos de Mahdi
Muhammad Ahmad, quienes invadieron Jartum, ajusticiaron al Gral. Gordon, a toda la guarnición y a los enviados de la reina.En Kabul el asalto final de “los salvajes” fue una clase magistral de arte militar que sólo costó 7 vidas (pluralnoticias.ar 17/8/2021), humillando a Gran Bretaña, EEUU y la OTAN. Las mujeres afganas tienen ahora dos problemas: la Sharia (ley islámica) y la prostitución (organizada por la OTAN).
Los gestores de 20 años de saqueo de recursos naturales y de la rapiña más larga de la historia, sabían que esa guerra era imposible de ganar. The Washington Post en 2019 publicó miles de documentos de militares, diplomáticos y oficiales afganos cómplices de la invasión, confesando que no había posibilidad que la OTAN y EEUU pudiesen triunfar (www.elpais.com.ar 10/12/2019). En 2015 el general 3 estrellas Douglas Lute de EEUU, quien ejerció el alto mando de la Casa Blanca con George W. Bush y Barack Obama, aseguró: “Carecíamos de conocimiento de Afganistán, no sabíamos qué hacíamos, murieron 2.400” (www. ciudadnueva.com.ar 10/12/2019).
Desde 2001, 775.000 soldados fueron a Afganistán. Más de 2.300 murieron y 20.589 fueron heridos -datos Departamento de Defensa-. Ese departamento junto al de Estado y la Usaid, sin incluir la CIA o el de Asuntos de Veteranos, gastaron en 20 años entre u$s 934.000 y 978.000 millones, según la Universidad Brown, de Rhode Island.
Afganistán/Argentina
Afganistán con 20 años de ocupación por EEUU y la OTAN “tiene según el Banco Mundial 25% de desocupación y la pobreza ha aumentado del 36% al 47%". (www.es.euronews.com 21/05/2021).
Esta línea de padecimientos masivos es similar en la Argentina del FMI que, sin ocupación militar extranjera visible, tiene un 50% de pobreza y supera largamente el 30% de desocupación. Esta constatación interpela a los punteros para que expliquen la entrega del país a los buitres. La UCR, el PJ, el PRO y los demás partidos de régimen demolieron la vida obrera.
Afganistán fue desde la ocupación militar en 2001 el reino de la corrupción del gobierno títere de la OTAN/EEUU; el presidente Karzai organizó la cleptocracia. El ejército, construido por especialistas de EEUU a un costo millonario, fue infiltrado desde el inicio por el Talibán.
El funcionariado de los Fernández, los Macri y demás “líderes” de la burguesía criolla se destacan por ser privilegiados, alimentados -desde sus inicios- a sobornos por el empresariado capitalista internacional y local, por lo tanto no comparten el destino de su pueblo y es imposible que lo lideren.
EL estado conspira contra el pueblo
Un ejemplo definitorio fue instrumentar la tarjeta Banelco para que votaran una ley. “El presidente De la Rúa fue uno de los acusados de soborno a diputados a los que pagó para hacer ley una Reforma laboral negrera que enriqueció más a las patronales. Eran parte del complot el jefe de la SIDE Fernando de Santibáñez, el ministro de Trabajo Alberto Flamarique y los senadores peronistas Alberto Tell, Augusto Alasino, Remo Costanzo y Ricardo Branda. La fiscalía individualizó al ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto, quien en 2004 confesó que él había entregado los sobornos” (www.lanacion.com.ar 25/4/2010). Nadie fue condenado por un delito contra el pueblo trabajador ampliamente comprobado.
Para los políticos burgueses si hay escasez de combustible sus autos particulares tienen tanques llenos. Si hay pandemia y las vacunas escasean son los primeros que se inoculan y si los descubren señalan que no pueden enfermarse porque dejarían huérfana de dirección a la fracción del pueblo que los sigue.
Los negocios capitalistas se basan en: 1. Que los contribuyentes sean clientela cautiva. 2. Coimas para que funcione el negocio. 3. Si algún poderoso cae quien paga es el contribuyente, pierde su casa, su trabajo, sus ahorros e ingresa a la pobreza y a la marginalidad.
En los 2000, el modelo del desfalco fue EEUU (ver documental “Inside Job”/Neflix). No comenzó con la caída de las bolsas sino cuando eclosionaron las torres el 11/9/2001, señalando que estaba acabado el modelo económico anterior (“Consenso de Washington”). La voladura de las Torres Gemelas permitió a voceros del Pentágono poner los ojos en blanco y delirar con la nueva doctrina yanqui -septiembre 2001- mediante la “guerra preventiva” para no habilitar investigaciones sobre “el fraude económico” que demolió al pueblo de EEUU y su economía. El presidente Bush dijo “ésta es una guerra entre el bien y el mal y Dios no es neutral”. Con la enajenación mental en marcha, el alto mando fue puesto una vez más a las órdenes del empresariado y se invadió Afganistán por petróleo, gas, opio y se instaló la prostitución. Desde 2001 aumentó la producción de opio y ahora representa el 90% del mercado mundial de heroína. La participación de la ONU/EEUU en negocios ilegales es indiscutible (www.resumenlatinoamericano.org 17/08/2021).
Como en Vietnam en 1975, la industria de la guerra, los contratistas de la industria y las organizaciones paramilitares al estilo Blackwater, cayeron derrotados por campesinos que saludan en la pista la huida de los aviones estadounidenses.
Como en toda lucha en desarrollo falta saber que orientación predominará: revolución o contra revolución.
(*) Pre candidato a diputado nacional