Pareció un déjà vu: Fue durante los ’90 que un trío de policías, llegó a la redacción de La Defensa para denunciar que en el Comisaría 2ª, un jefe negociaba con los servicios adicionales: De cada diez pagaba dos y se quedaba con ocho. El caso se transformó en noticia nacional, y el comisario vivió un infierno. Ahora el “revival” lo protagonizaron agentes del lado oeste, quienes se llegaron a esta redacción para señalar que los servicios adicionales Polad, que presta la policía en objetivos municipales -como parques, unidades sanitarias, la nocturnidad en el circuito gastronómico, etc.- se “dibujan”. Es decir que se pagan muchísimos más de los que se prestan. El personal policial no cubriría los objetivos en la cantidad que figuran. Y la diferencia va repartida entre quienes pagan -desde el municipio- y los que lo cobran -desde la policía-. Y estamos hablando de dinero “grosso”, si se tiene en cuenta que la hora adicional va desde $250 a $400, y que los objetivos municipales que figuran a cubrir son muchísimos.
¿Y cual es el sistema del curro? Parecido al que su usaba en las canchas cuando iba el público local y visitante, cuando figuraban mil efectivos y en realidad prestaban el servico muchos menos. El sistema es que hay un listado en el que figuran los agentes que supuestamente realizaron el trabajo y a un porcentaje de ellos -los “amigos” del jefe”- se les da unos pesos por prestar el nombre. El resto va “mita y mita” entre el jefe y algún directivo del club encargado de las liquidaciones.
Y deslizan estas fuentes otra duda: “¿Por qué, por ejemplo, los adicionales que se hacen en el este los maneja una comisaría del lado oeste?”