por Omar Dalponte
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En pocos horas más se habrá definido el tema de las precandidaturas para las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO)
A partir de esa definición comenzará la campaña para que las distintas listas de cada parcialidad compitan en las PASO a fin de resolver las candidaturas definitivas que se presentarán en las elecciones generales de medio término a realizarse en el mes de noviembre.
En Lanùs,sin que esté dicha la última palabra, hasta hoy jueves 22 de julio, día en que cerramos la presente nota, segùn lo que se ha publicado serían tres las listas que se presentarían, por el Frente de Todos en este primer turno electoral que se avecina.
Algunos nombres ya están medianamente instalados, otros van apareciendo, pero hasta la hora de cierre de presentación de listas y la respectiva oficialización de las mismas, nada se puede asegurar respecto a la consolidación de ellos. No sería la primera vez que acuerdos y desacuerdos de último momento alteren el damero político. Todo quedará claro después de la
hora 24 del próximo sábado.A esta altura del tiempo preelectoral parece que lograr una lista de unidad en nuestro distrito no sería posible. Pero en cuestiones de política siempre hay lugar para sorpresas. En nuestra opinión, teniendo en cuenta la realidad política de Lanús, que haya una disputa entre diferentes listas del Frente de Todos no es lo mejor para el movimiento popular lanusense cuya mejor opción sería concurrir a las elecciones en unidad, asentado en un acuerdo programático y representado por los y las referentes que mejor expresen las propuestas de este espacio. Es más: producir en Lanús una confrontación que sin dudas dejará como saldo no pocos resentimientos, significa un disparate mayúsculo cuando enfrente hay un adversario poderoso.
Claro que, especialmente en el mundo de la política, no siempre es posible que lo razonable supere a lo imprudente y si las diferencias no pueden ser superadas la alternativa será resolverlas en las urnas. Entonces seremos los votantes quienes elijamos a nuestros representantes para enfrentar al macrismo local.
Si esto ocurre no estaría de más la firma de un acta de compromiso mediante la cual en forma pública, unos y otros se comprometan a apoyar a quienes resulten ganadores en las PASO . Esto significaría dar una muestra de vocación democrática frente a la sociedad y un claro y tranquilizador mensaje a la militancia. Alguna vez habremos de demostrar que somos capaces de producir gestos de grandeza y que aquello de " quien gana conduce y quién pierde acompaña" no será letra muerta si se procede con honestidad, seriedad y responsabilidad en la búsqueda del bien común y la felicidad de nuestro pueblo.
El macrismo, por su lado, ahora con el sello de "Juntos" también tomará sus decisiones, seguramente con otras modalidades.
El dispositivo electoral del neoliberalismo en nuestra Argentina funciona de una manera diferente al de las fuerzas políticas populares.
Allí no hay líderes ni militantes. Hay patrones, ejecutivos, gerentes y empleados en una suerte de sociedad que ha conseguido incorporar socios menores. Por eso no son demasiado creíbles sus "enfrentamientos internos" que, más bien, huelen a cuento chino. En el territorio del neoliberalismo argentino al final siempre se hará lo que disponga el patrón. Y el patrón es Mauricio Macri. Lo demás es humo. O cartón pintado.
Diego Santilli, María Eugenia Vidal no son más que oficiales de cuenta que cumplen una función determinada. La porción de radicales asociados y desertores del peronismo que acompañan al macrismo a lo sumo podrán manejar alguna sucursal pero nunca tendrán lugar en la exclusiva mesa donde se toman las decisiones. Las disputas en las PASO de CABA y provincia de Buenos Aires serán - si se realizan- pirotecnia con chispas amarillas. Nada más. Pero pasa que, ahora, como algunos forúnculos han reventado, hay que fingir alejamiento del patrón porque Mauricio, tanto aquí como en el plano internacional, es visto como un delincuente que contrabandeó armas y proyectiles para que, tiempo atrás, quienes usurparon el poder en el Estado Plurinacional de Bolivia derrocando al presidente constitucional Evo Morales, repriman salvajemente al pueblo boliviano. En tiempos electorales no es saludable tener cerca a personajes tóxicos. Nadie desea jugar con Macri a la mancha venenosa.
Menos mal que, como dijo el viejo Fierro, “no hay tiempo que no se acabe” y en noviembre el pueblo tendrá la palabra. Después habrá que barajar y dar de nuevo.
(*) De Agrupación Peronista Iniciativa Socialista