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sábado, 10 de julio de 2021

El noticuento de papá contado por su hijo

   «Papá Pascual (foto) nació en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, según me contó mi mamá Hilda. Se mudaron a Lanús antes de que yo naciera. Mucho no me acuerdo porque yo de chico estaba muy enfermo.  A los seis años me llevaron a Córdoba porque decían que allá me iba a curar, que el clima de la sierra me haría muy bien. Pero algo recuerdo de quién era mi papá. La casa estaba en una calle llamada Boulevard Sipe-sipe esquina Ituzaingó, en el pueblo General Paz, hoy llamado Lanús. Prácticamente él no estaba nunca en casa. De día trabajaba en muchas cosas.  Fue vendedor de zapatos para damas, tenía unos títeres y daba funciones para los chicos del barrio, iba a tocar la guitarra por ahí,  se la rebuscaba como podía. Cuando mi mamá lo llamaba para cenar, yo casi me estaba yendo a dormir. Algunas veces lo venían a buscar los amigos y se iban en el tren al centro a los piringundines y concurrían a las carreras de caballos. Regresaban cuando el tren lechero salía de noche para recoger la leche de los tambos.  Esto lo supe ya de grande porque me lo contó un conocido de él en una charla que mantuvimos en un cafetín de Buenos Aires. Pero no quiero adelantarme. La última vez que lo vi fue en un boliche antes de que mi mamá me llevara a la sierra. Yo era chico pero ya entendía y lo encontré medio borracho. Sólo le dije que lo quería, me abrazó mucho y lloró. También me enteré después que fue por una mujer llamada Lita, que cantaba tangos y a la que mi mamá no quería. Pero tengo que decir que cuando estaba conmigo siempre fue un buen padre y muy cariñoso. Conservo un buen recuerdo de él. En Córdoba terminé la escuela primaria. Por suerte me curé y fuimos a la capital federal donde empecé la secundaria en el colegio San José. 

   «El nombre de mi papá era Pascual Contursi. Supe que fue muy famoso por las letras de los tangos que escribió: “La cumparsita”, “Ventanita de arrabal”, “Caferatta”, “Bandoneón arrabalero”. La más conocida fue “Mi noche triste” que cambió el tango canción,  donde se contaba la historia de un amor frustrado, el llanto por recordarla y el alcohol para olvidarla, la guitarra en el ropero y tantos detalles que fueron una revolución del practicado hasta allí, más consustanciada con la música campera acompañada por guitarras y la poesía gauchesca. Todo expresado con el tono triste de sus letras y la incorporación de otros instrumentos musicales, característico del tango de allí en adelante. Dicen que fue el paso del gran Carlos Gardel de la música criolla donde asomaba su gran calidad, al tango que lo encumbró. Fue Pascual, un maestro en el arte del lunfardo.

  «Tuvo su paso a la vida eterna tras una enfermedad, justamente de “tristeza acumulada”. Así, con esas textuales palabras, cerró el relato el caballero que me contó su historia con algo que yo presentí cuando sólo tenía seis años. Aquella noche del último encuentro fue su “Noche triste” por “Lita”, el nombre que tenía la versión instrumental de Samuel Castriota en honor de aquella cancionista de triste recuerdo. Por ello decidí escribir letras de tangos y poesías con textos de mayor factura literaria, más acordes a los estudios que había realizado. Por otra parte, Buenos Aires ya dejaba atrás el arrabal que él había conocido para ser la Gran Reina del Plata, nuestra ciudad,  en la que se está convirtiendo para la época de este noticuento».

   El relato lo formula José María Contursi en la película Mi noche triste.

                Leonardo Saphir saphirleonardo@gmail.com       Colaboró: Carolina Cortina