domingo, 4 de julio de 2021

China locomotora del capitalismo: dictadura y explotación sin límite


por Lisandro Martínez*

En 1988 un exegeta del capital, el profesor y periodista Jorge Castro se convirtió en publicista del despegue chino y de la incorporación de la mano de obra de miles de millones al mercado capitalista. 

Peronismo o comunismo: ¿quién defiende la soberanía?

Castro fue ministro del gobierno de “el turco mentiroso” y como propagandista del capitalismo, impulsaba que el estado desapareciera para así mantener relaciones carnales con el imperialismo yanqui e ir de cabeza al paraíso humano de la modernidad. Esto fue completado por CFK en 2015 cuando entregó 200 hectáreas de territorio nacional el Paraje de Quintuco en Neuquén, a China por 50 años. 

La ex “República Popular China” se convirtió para Castro y otros devotos de “san Disney World”, en el ejemplo de cómo los monopolios eran superiores al gobierno de los trabajadores y su planificación. Así la “República Popular” pasó a ser “la niña bonita” y el mercado gigante de exportaciones e inversiones del resto del mundo. En la aldea sudaca, los

Roca (“los patriotas” itálicos) conociendo el nivel de desprotección salvaje de la mano de obra china, babeándose instalaron una fábrica en el llamado “taller del mundo”. Los “ingegnere” que vinieron al país escapando de “il partisano” pero con la carta de recomendación de Mussolini, hicieron fortuna chupando la teta al estado peronista y ahora abusan del pueblo chino. 

Nada nuevo bajo el sol (releer “Rebelión en la granja”) 

La dirección del PCCH fue discípula aplicada de José Stalin, por lo tanto su evolución pro capitalista estuvo en sus genes y sólo se limitó a fortalecer el partido único para desestabilizar al gobierno obrero y entregar su mano de obra a una explotación infame. No obstante en China la lucha de clases está al rojo vivo.

     1. Bajo las reformas de Deng Xiao Ping, el gobierno ha alentado el enriquecimiento personal, la iniciativa privada y el individualismo económico. 2. Así la burocracia estatal creó una serie de millonarios salidos de su entretela y ha intentado destruir -por ahora sin éxito- la planificación social. 3. El comunismo sobrevive en pueblos rurales que resisten. Algunos que engañados habían implementado los cambios de Deng, cuando se avivaron volvieron a colectivizar la producción. “El ejemplo más destacado es el de Nanjie, que comenzó a re colectivizarse hace unos 20 años y funciona como una comuna, ofreciendo a sus 4.000 habitantes vivienda, salud y educación gratuitas” (www.bbc.com “China capitalismo, comunismo o imperio”).

Un retroceso humanitario

La incorporación de China, India, la ex URSS y los integrantes del bloque euroriental fue muy festejada por el empresariado mundial y sus plumíferos, que señalaron que la llegada de miles de millones a la explotación significaba “un paso adelante para la humanidad”.  Infundios, la duplicación de la fuerza de trabajo al sistema capitalista lo único que logró fue la descalificación laboral, la tercerización y bajar el costo laboral, mientras la rentabilidad para el capital se duplicó varias veces. La barbarie de la burocracia china está denunciada desde fines del siglo pasado y provoca levantamientos obreros no sólo en la ex “República Popular” sino también allí donde el empresariado chino trasladó sus empresas de explotación (minas en África, fábricas de automotor en EEUU, etc.). China es una de las mayores exportadoras mundiales de capitales, y no sólo es acreedora de la economía global, sino que además posee parte sustancial de los títulos de deuda pública de EEUU. 

Lo que los pobres de espíritu señalan, cuando quieren criticar al comunismo y acabar con la planificación económica –una superación humana en todos los términos ante el parasitismo de los monopolios- es su flojedad de raciocinio. Para entender “comunismo y capitalismo” hay que revisar lo que está sucediendo en China con las condiciones laborales implementadas por “benefactores de la humanidad” como Jeff Bezos de Amazon que obliga a sus empleados a no tener horarios y servir con sus propios vehículos a la empresa; Steve Jobs de Apple o Bill Gates, falsos “filántropos y altruistas” que se muestran en pelotas en China estableciendo condiciones de laburo negreras, basadas en el retroceso civilizatorio sin leyes ni derechos. De eso se valen para ser cada día más ricos los capitalistas.

Jenny Chan, profesora de Sociología en la Universidad Politécnica de Hong Kong, escribió


“Morir por un iPhone” (Ed. Peña Lillo/Continente, 2014) donde estudia a la nueva clase obrera china y las condiciones en que trabaja en empresas líderes internacionales asentadas en China. La globalización propuesta en 2001 por la Organización Mundial del Comercio fue tomada al galope por la dirigencia china que incorporó para sí los derechos de propiedad privada e inversiones extranjeras, ofreciendo mano de obra sin derechos laborales. Chan señala que el crecimiento económico chino está sostenido por la superexplotación de cientos de millones de trabajadores y la represión. Hay mucha resistencia de la juventud pero también muchos suicidios. En 2010, 18 jóvenes trabajadores migrantes intentaron suicidarse, uno tras de otro. Son 300 millones de jóvenes campesinos que están en la ciudad, trabajan 12 horas mal pagas y viven en las factorías en condiciones de barbarie. La rotación de personal en las fábricas de productos electrónicos es alta y, sin embargo, a los gerentes sólo les importa la productividad fabril y la calidad del producto. “Para parar los suicidios pusieron redes en las ventanas” (wilfredosanguineti.wordpress.com/24/07/2010). 

En China se fabrican productos para Apple. Foxconn en Taiyuan tiene 79.000 empleados, 2.000 de ellos se amotinaron por las condiciones de trabajo. Foxconn terceriza para Apple, Hewlett Packard, Nokia y Dell y reconoció que contrató pibes de 14 años como aprendices para una fábrica en China. CNR, Radio China, reveló que escolares en Yantaí fueron forzados a trabajar en la planta de la empresa taiwanesa. La edad mínima para trabajar en China es de 16 años.

Chan hace un llamado internacional: “Mientras el mundo se maravilla con el último dispositivo de Apple, mientras se suprimen derechos obreros en un gigante mundial como Foxconn, a los trabajadores de EEUU, México, Brasil o Vietnam, les es difícil mejorar sus salarios y condiciones laborales. Las luchas de los trabajadores en todo el mundo están más vinculadas de lo que a veces se cree”.

Sin dudas hay que refundar la internacional obrera.

    (*) Del Partido Obrero Tendencia