por Omar Dalponte
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Algo es innegable. La política está desvalorizada. Y la inmoralidad de quienes la practican haciendo de ella un medio de vida es irritante. No escasean quienes cambian de camiseta de la noche a la mañana sin sonrojarse siquiera. Abundan los trepadores y los incapaces. Los talentos brillan por su ausencia. En el feudo macrista sólo es posible cosechar frutos amargos. Y dentro de lo que denominamos el campo popular, desgraciadamente, tampoco faltan los sinvergüenzas. De estos, entre nosotros hay como para escribir una novela. ¿Y entonces? ¿Los que amamos a este bendito país que hacemos? ¿buscamos un “rincón pa´ morir” sumergidos en las profundidades de la resignación? ¿O nos rebelamos y decidimos salir de la podredumbre?
Sabiendo que los buenos somos más no está bien resignarnos a mirar pasar la vida sentados detrás de una ventana mientras la Patria corra el riesgo de quedar a merced de la furia y apetencia de los neoliberales y sus mandantes.
Nos toca sufrir el momento que vivimos. Por un lado la pandemia. Por otro lado, la ausencia de comportamientos adecuados por gran parte de los habitantes del mundo de la política. Pena que haya tanta gente que no esté a la altura de las circunstancias. Muchos, con
grandes responsabilidades, principalmente desde el sector opositor mienten y difaman descaradamente y, en lugar de aportar soluciones y trabajo positivo para superar la difícil situación que soportamos, procuran por todos los medios a su alcance entorpecer el accionar del gobierno que preside Alberto Fernández. En medio de un momento profundamente dramático hay voces que hasta proponen el derrocamiento del gobierno nacional. Inadmisible.Mienten descaradamente, difaman, son antitodo, y tratando de conseguir algún rédito político anteponen sus oscuros intereses a la salud de nuestro pueblo. Claro que inmersos en los vapores de la sinrazón y afectados por el vértigo que les produce vivir con su odio al pueblo, quedan desnudos frente al mundo.
Debemos unirnos y esto es posible si nos despojamos de mezquindades absurdas. Es inadmisible que entre nosotros, aquí en Lanús, sabiendo el potencial del peronismo cada quien esté tirando para su lado. Por fortuna y para satisfacción de muchos que deseamos un Lanús de bienestar y progreso sostenido, al calor de la reciente visita de la compañera presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales Victoria Tolosa Paz, referentes y militantes de diferentes corrientes del Frente de Todos de Lanús participaron en una reunión conjunta dejando una magnífica postal que nos ilusiona. Es a partir de estos encuentros simples y pequeños desde donde es posible construir unidad y comenzar a marchar hacia las elecciones generales de fin de este año. El peronismo unido y solidario es invencible en el terreno electoral.
Seguramente este paso inicial ha preocupado y molestado a algún sector de la política que en su desesperación ante la posibilidad de un triunfo peronista en Lanús es capaz de recurrir a métodos incompatibles con el sistema constitucional y la convivencia democrática. No es casualidad que en el marco de fechas muy caras a los sentimientos del peronismo como es el 9 de junio, se haya atentado contra un busto de Eva Perón emplazado en la localidad de Monte Chingolo. Sabido es que para los peronistas, atacar a Eva, tantas veces ultrajada por lo peor del gorilaje vendepatria y criminal, es una puñalada directa al corazón
Este atentado no fue obra de algunos loquitos sueltos. Esto fue un acto de provocación política pensado por quienes quieren que el peronismo reaccione violentamente para hacer un uso político de esa reacción. Nada es casual ni producto de algún arrebato o de una cobarde y estúpida maldad de inadaptados. Aquí se ve con claridad que se trata de una acción deliberada realizada por los enemigos del pueblo y de la convivencia democratica. Eva es una bandera que representa a la gran mayoría de los humildes y el busto dañado es parte importante del patrimonio histórico lanusense, muy valorado por una barriada tradicionalmente peronista. Por eso no nos extraña que haya sido objeto de la furia de miserables que dando rienda suelta a sus más bajos instintos y seguramente estimulados por algún dinero sucio, destrozaron el rostro de quién, para nosotros, sigue siendo la Jefa Espiritual de la Nación.
Una vez más Eva Perón es agredida y lastimada mediante un acto vandálico. Eva, quien supo enfrentar como nadie a la oligarquía y defender también como nadie los derechos de los pobres, fue ultrajada en 1955 por los militares asesinos y la derecha cómplice. Tras años de lucha el pueblo la rescató y la memoria popular la mantuvo en lo más alto del amor peronista.
Sepan los autores de esta nueva agresión a la Abanderada de los Humildes que no existe ni existirá ataque alguno que pueda arrancar del corazón del pueblo el recuerdo y el inmenso cariño que siente por Eva, la gran dignificadora de un tiempo que marcó rumbos en la Argentina. Nada ni nadie podrá arrancarla del corazón de nuestro pueblo. Ningún ataque podrá contra la inmensa fuerza espiritual que de ella dimana. Eva seguirá ganando batallas. Sin dudas,
(*) Agrupación Peronista Iniciativa Socialista