La historia comienza en Lanús donde bajó el angelito Horaciú. En la casa vivía su mamá Elsa que era pianista, su papá José María empleado municipal, su hermano mayor Juan Carlos y su abuelita doña Pilar, la que lo llamaba todas las tardes para tomar la leche, exclamando «Horaciuuú». La pasión del nene era ir a la placita de Villa Obrera, cerca de su casa, a jugar a la pelota cuando volvía de la escuela. Mamá quería que estudiara piano y luego violin, pero no había caso, el fútbol le tiraba. Sin embargo, la música estaba en su sangre y de muy chico tocaba «de oído» cuanto tema le pidieran: tango, folklore, vals, bolero, rock. Sólo le tarareaban un poquito y él arrancaba. Cuando comenzó la secundaria lo mandaron medio pupilo a una escuela de orientación naval, tal vez porque su tío, Edelmiro Farrell, había sido general y presidente de la Nación, pero a él tampoco le gustó. La disciplina la volcó en la música. Siendo adolescente formó conjuntos musicales de la«nueva ola» donde participó como guitarrista, cantante, compositor, arreglador y director. La fama le llegó con «Buenos Aires 8» el mejor coro a capela de música popular de entonces, según dijeron muchos especialistas, incluyendo al gran maestro Astor Piazolla, entre otros. Recorrieron el país y el mundo con mucho éxito. Grabaron varios discos y musicalizaron obras de teatro y películas. Horacio Corral (foto), así se llama, transcribía los temas de famosos autores nacionales en su peculiar estilo coral (Corral-coral. ¿Casualidad?). También se preocupó por lo social y formó parte de la estructura sindical que defendía a los músicos. Justamente, por ese motivo, durante la última dictadura militar que ensombreció al país con muertos y desaparecidos tuvo que recluirse en pequeños escenarios. Paradoja del destino: él, pariente de otro ex dictador.
Nunca bajó los brazos. Hoy se dedica a componer jingles publicitarios y está actualizando su música con las nuevas técnicas de grabación. También forma parte de SADAIC la entidad rectora de los intérpretes y compositores de la Argentina. Tiene dos hijas y está realizando la tarea más placentera de su Segunda Adolescencia: cantar con su nieto.
Leonardo Saphir saphirleonardo@gmail.com