por Omar Calviño*
La involución nos lleva a lo radicales desaparecer como partido político. Creo que es correcto el término, ya que el gobierno sólo habla del Pro, y si alguien piensa que estoy equivocado podemos discernir por este concepto verbal. Llegó la hora de evolucionar, o sea transformar progresivamente el camino que nos lleve a nuestras raíces. Basta de jugar de utensilios que usan y se descartan. La sangre radical tiene que ser volver a ser pura. Por eso entiendo como muchos que la evolución es el objetivo: Changui Cáceres, Cachi Casella, Carmen Storani, Agustina Balbín, Víctor de Martino y tantos otros que creen en Martín Lousteau y Gustavo Posse. Y en lanús un grupo de amigos liderado por Gustavo Hornos y Daniel Marciano asumieron este compromiso, es la hora del cambio, dios mediante el 21 de marzo. Yo hablo de Lanús y como hombre con pasado militante, puedo decir con orgullo que nunca me someteré a otra causa que no sea la UCR.
Nada diré de los tibios o arribistas, pues son bien conocidos. Fui radical por herencia y luego por convicción, moriré siendo radical. Puedo dar testimonio de vida política y social. Dar testimonio de vida no es para cualquiera.
(*) Ex concejal