Repasemos: Este cronista, hacia fines de la década de 1960, militaba en el Encuadramiento de Juventud Peronista donde entre otras cuestiones impartía charlas de adoctrinamiento a quienes desde otra visión política -la mayoría desde el marxismo, y la mayoría jóvenes de las capas medias- se acercaban a ver “qué cosa era el peronismo”. La mayoría de los asistentes a estas charlas se enganchaba -en esos tiempos de plomo, en plena dictadura militar- con la prédica y al poco tiempo se los solía ver a lgunos dando cátedra de peronismo, con el peronómetro en mano. Otros no eran tan inocentes: Venían desde otras expresiones -algunos de la mismísima policía- para hacer “entrismo” en el movimiento de masas de Argentina. Fue en esos tiempos que pretendíamos muchos de nosotros -los recién llegados y los antiguos- darle cátedra hasta al propio Perón para hacer “la patria socialista”. Y fue el propio Perón quien nos dijo que si queríamos hacer la patria socialista, que nos fuésemos a militar a partidos de esa expresión.
Hoy lo veo a mi amigo Omar Dalponte, que fue director del Museo Municipal de esta gestión
macrista hasta que a Nestor Grindetti se le ocurrió despedirlo, y actualmente es jefe de la agrupación Iniciativa Socialista (sí, socialista) ufanarse de su peronismo, un peronismo que evidentemente no hace mucho ha de haber adquirido, pues veámoslo en la foto encabezando la campaña de los candidatos de la alianza entre el MST y el Partido Comunista, como Patricia Walsh y el recordado Rafael Gamarnik.Y Dalponte se jacta de su peronismo y se autohomenajea, como si algún militante de algún partido político, cívico o militar, de los que gobernaron la Argentina, pudiera sentirse orgulloso por lo que hizo -hicimos- con este país y por su gente.
Memoria, Dalponte, y bienvenido al peronismo... Y hacés bien, vos mejor que nadie, en preguntarte: “¿Qué somos?”
Gerardo Masiello