martes, 2 de febrero de 2021

Utopía, distopía y revolución social

por Lisandro Martínez*

Tomas Moro en 1516 publicó Utopía ideando una isla donde se impone la propiedad colectiva de los bienes, se rechaza la propiedad privada y también las guerras constantes entre las sociedades europeas.
   300 años después se instaló durante un mes en Paris el primer gobierno obrero de la historia y varios ejércitos concurrieron a masacrar al pueblo que había superado al feudalismo ejerciendo un gobierno propio de los productores de bienes.
   En 1917 los obreros en Rusia toman el poder con dos líderes: Lenin y Trotski.
En 1923 Lenin paralizado por un ACV pide el alejamiento de Stalin por ser el impulsor de la burocratización del Estado Obrero. Muere Lenin. En 1924 Stalin teoriza  “la revolución en un solo país” negando la  revolución internacional. Un guiño hacia los capitalistas. Se acelera la persecución a Trotski que en 1928 es obligado a exiliarse en Alma Ata, Turquía. En 1932 Trotski y su familia son despojados de la nacionalidad soviética.
   La utopía lideró el Siglo XX entendiéndose que la humanidad iba al socialismo. La política de conciliación de clases del estalinismo fue un aborto político en Alemania, Yugoslavia, y en los países dependientes de la URSS. El stalinismo no impulsaba la toma del poder por los trabajadores sino la persecución a la vanguardia y a la oposición de izquierda. Los acuerdos de

los PC con el imperialismo garantizaron que no hubiera revoluciones. Esto se entrelazaba con denuncias al trotskismo como agente de la contrarrevolución. Para garantizar la paz social desde 1935 se instalaron campos de concentración en la URSS donde se exterminó a buena parte de la oposición de izquierda. El delito político más frecuente durante las purgas era

asegurar que el reo era “una víbora trotskista, retorcida y pérfida”.  
A la antiutopía se la conoce como “distopía” uno de los autores literarios más celebres, George Orwell construyó una obra distopíca, titulada: 1984.
Orwell luchó en las Brigadas Internacionales en la guerra civil española que el estalinismo traiciono secuestrando el tesoro del gobierno de la República española. Orwell entre miles experimentó cómo al pueblo en armas el estalinismo lo entregó a Franco.
En 1945 luego de varios años de censura por los acuerdos de Yalta (foto)  -Churchill Stalin y Roosevelt- Orwell publica Rebelión en la granja, una crítica a Stalin a través de la “humanización” de los animales cuestionando al régimen político nacional socialista que había acabado con el gobierno obrero en la URSS.
    A Orwell se le preguntó cómo se le había ocurrido 1984, una novela política con tan amarga visión de un mundo supervigilado por una dictadura atroz, con pérdida de las libertades. Él señaló que entrevió los cambios contrarrevolucionarios que se avecinaban en el mundo, a partir que Stalin en la URSS hizo borrar de las fotografías históricas a León Trotski, uno de los protagonistas centrales de la primera revolución obrera triunfante. Orwell terminó su novela distópica en 1947 cuando ya hacía 7 años que Stalin había masacrado a toda la familia de Trotski y en agosto de 1940 Ramón Mercader había consumado su asesinado en México.
   Si a los jacobinos -el ala más consecuente de la revolución burguesa francesa- durante siglos los presentaron como asesinos seriales de la guillotina, a los “troskos” siempre se los vitupera, se los persigue y se los asesina en cuanto se puede porque suelen ser elementos críticos capaces de liderar los proceso de rebelión social. En cada una de las alternativas revolucionarias en Alemania, China, Yugoslavia, Grecia, Italia Vietnam, etcétera, el trotskismo fue perseguido por los estalinistas y los sectores reaccionarios. A partir de 1934 Stalin propicia, gobiernos de “frente popular” junto a las patronales. En 1939 Stalin firma un pacto de no agresión con Hitler que se estira dos años y que incluye prestamos, de los nazis para la URSS y la entrega de militantes de izquierda a la Gestapo. (http://www.dw.com/.../el-pacto-de-hitler-y-stalin-la-luna... 23/8/2014).

 Yugoslavia y China debieron desoír a Stalin para concretar su revolución social.
“En 1945 en Vietnam se vivió un proceso revolucionario. La retirada  japonesa produjo un vacío de poder y dio paso a las masas que sufrían, después de años de guerra, la hambruna en el campo y las ciudades. El 16 de agosto, las masas obreras y campesinas ocuparon tierras, talleres y minas. En muchas regiones del país, se formaron asambleas populares. Las organizaciones trotskistas vietnamitas: La Lutte y la Liga Comunista Internacional (LCI), jugaron un rol importante, organizando al movimiento obrero, minero y campesino, editando periódicos y procurando una orientación independiente del stalinismo y el nacionalismo”. (M. Villar, Prensa Obrera 1/11/2018).
La utilización del espantajo “trosko”, la aprovechó el gobierno de la triple A cuando Perón acusó en 1974, que la responsable de atentados y secuestros era la IVª Internacional. En 1989 el gobierno de Alfonsín, entregado a los buitres y con una inflación record, encarceló a la dirección del Partido Obrero en la casa Rosada, responsabilizándolo de los saqueos.
 En cada uno de las rebeliones populares y revoluciones de la historia del siglo XX y lo que va del XXI el trotskismo fue protagonista y es utilizado por la reacción, como espantajo para volver a la ciénaga del statu quo.
    “El 26/4/1960, la URSS tramitó con el gobierno de Fidel la visa,  para el asesino de Trotski. Con el asilo cubano, Mercader recién salido de la cárcel, viajó desde México a Cuba y desde Cuba a Rusia.” (www.infobae.com.ar 20/10/2019). Esto trasciende y a 4 meses del triunfo revolucionario, explota el escándalo por el asilo dado por la joven Revolución Cubana al asesino de un líder histórico, de la revolución obrera.
   En Cuba en 1962 cuanto los estalinistas se instalaron en el gobierno de la isla, el propio Che hubo de interceder en defensa de militantes trotskista argentinos del PORT, que habían sido detenidos.
  En enero de 1977, la URSS condecoró con “la Estrella de oro” a Mercader por el asesinato de Trotski declarándolo héroe nacional (www.elpais 19/10/1978).
  En 2005 el Financial Times, la publicación de los que se devoran a América Latina, calificó a Trotski como “encarnación de la propiedad colectiva y un monstruo moral”.
   Ladran Sancho: el descalificativo es “son pocos”, pero los procesos históricos son imparables y el fantasma que divisó Marx hace 150 años atrás sigue recorriendo el mundo.

  (*) Del Partido Obrero Tendencia