domingo, 7 de febrero de 2021

Imitemos a nuestros héroes: Hagamos lo que hay que hacer


Quiero hacer esta reflexión, cuando estamos viviendo tiempos difíciles, aquí en Lanús, y en el mundo.
Los argentinos realmente somos muy afortunados, en toda nuestra breve historia: No vimos morir compatriotas de hambre en las calles masivamente, no sufrimos tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, con miles de muertos, pero esta vez el mundo entero y nosotros también, estamos siendo atacados por este inmundo virus, y en los momentos limites salen a la luz héroes, pero también los miserables e indignos.
    Es un momento para ser solidarios entre nosotros, y también recordar que, si en esta guerra contra este virus nos toca morir, muramos con dignidad.
Sigamos el ejemplo de este héroe de 18 años de edad, Julio Romero  que creció en un clima de pobreza en Villa Diamante. Nació el 21 de diciembre de 1962 y  murió el 14 de junio de 1982, en una de las batallas finales de la guerra de Malvinas, en Monte Longdon. Él hizo lo que tenía que hacer, hagamos nosotros hoy lo que tenemos que hacer, y no seamos cobardes, para decir que no aguantamos el encierro. Julio Romero aguanto mucho más que estar encerrado sin poder ir a tomar una birra, Julio Romero se enfrentó al ejército más poderoso del mundo, el ejército que jamás perdió una guerra, e hizo lo que tenía que hacer: como un valiente, morir por la patria.  Aprendamos de él,  crezcamos un poco y no seamos tan flojitos, como para no aguantar el mínimo dolor, la mínima perdida de libertad.  
Hoy, la sala de informática de la escuela N° 29 de Villa Diamante, donde él cursó, lleva su nombre, y también lleva su nombre a la plaza principal del barrio, donde Julito Romero, jugaba sus partidos de fútbol
                                                                                                              Daniel Jorge Martinez