El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires, advierte que “golpe de calor es uno de los mayores riesgos que corren nuestros animales en verano. A diferencia de las personas, los perros y gatos no tienen glándulas sudoríparas en el cuerpo, por lo que no pueden regular su calor corporal mediante el sudor; por el contrario, lo hacen a través de jadeos y del sudor que se elimina por las almohadillas plantares y, en el caso de los gatos, se limita a humedecer su cuerpo mediante el lamido de su lengua. Los animales con problemas cardíacos, obesos, adultos o muy jóvenes son más propensos a sufrir golpes de calor; por eso se deben tener disponible agua limpia y fresca, ubicarlos en espacios amplios y ventilados con zonas con sombra, y bajo ningún caso dejarlos encerrados en habitaciones sin ventanas o dentro de autos. Además, hay que darles de comer y sacarlos a pasear en horarios menos calurosos, evitando el mediodía”.
En la foto, Julio.