El Colegio de Veterinarios bonaerense, recuerda que “la dinámica de los días festivos expone a los animales a sufrir estrés por exceso de ruido y explosiones. Debido a su sensibilidad auditiva, los ruidos fuertes pueden causarles pánico y provocar conductas no habituales como escapar sin rumbo y perderse, lastimarse, o lastimar a las personas. Además, pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros. Dependiendo de cada caso particular, se debe consultar al médico veterinario para considerar la utilización de sedantes prescriptos, que evitarán momentáneamente estas situaciones. En este sentido, la principal recomendación es ubicar a nuestros animales en un espacio donde estén cómodos, con sus juguetes habituales, comida, agua y algún sonido con el que estén familiarizados; y evitar arrojar pirotecnia cerca de los perros y gatos”.
En la foto: La Michi.