por Omar Dalponte*
Besar un seno no merece la pena de muerte. Lo de este diputado salteño, Juan Ameri, fue una gilada mayúscula. Pero no mucho más.
Hasta ahora, públicamente no había dicho una palabra respecto a este idiota que creyó ser Marlon Brando en El último tango en París, porque, en definitiva, me pareció una estupidez menor. Por supuesto soy consciente que nadie habría de enfermarse por mi silencio.
Pero tanto careteo me estufó. Porque sé que el Congreso no es un santuario. Ahí se refugia una fauna que de santa no tiene nada. Entre otras cosas aceptaron graciosamente que el país sea endeudado por cien años. Cosa mucho más grave que un idiota haya besado un seno a su compañera.
Los parlamentarios de antes y de ahora son los mismos que no hicieron ni hacen nada para paliar el hambre de los que verdaderamente sufren las injusticias del capitalismo que, de por si es horriblemente salvaje.
Parlamento viene de la palabra "parler" o sea charlar. Es el recinto donde se reúnen los charlatanes.
Es el lugar de la Banelco, de muchas otras medidas antipopulares como en tiempos de la 125, y escenario de roscas, contrarroscas y donde se luce más de un desquiciado, más de una desquiciada o algún traidor o traidora.
Que no se hagan los puros. No son pocos los que tienen sus interiores sucios. Ahora bien. El
¡Vamos! Este diputado salteño de destete prematuro es un perfecto imbécil. Pero si le sacamos la careta a muchos de los que pegan grititos histéricos tenemos culebrones como para hacer dulce. ¡Vamos puritanos del subdesarrollo!
¿O nos olvidamos de la farandulización de la política en épocas del menemismo y de las festicholas de la pizza y el champagne en la Quinta de Olivos?
¿Alguien puede asegurar pureza total en las conductas de nuestros concejales lanusenses? Ciertos archivos periodísticos podrían revelar interesantes historias. ¿Alguien tiene certeza total de que cada rincón de nuestro Concejo Deliberante de Lanús sea inmaculado? ¿Cómo es la vida en "la dimensión desconocida" del Palacio Municipal aún en jornadas laborables?
¿Quién de los que se horrorizan por el beso en una teta a una esposa, se puso barbijo, guardó distancia, ayudó a enfermos o a los que tienen hambre?
Laburan por zoom. Y ganan centenas de miles de mangos. Pontifican como gigantes y proceden como cucarachas.
Dejémonos de jorobar y ocupémonos de cosas serias. Bien rajado este gil irresponsable que por suerte renunció. Laburen para sacar a nuestra dolorida Argentina del pantano. Honren al Parlamento trabajando todos los días laborables del año. Acerquen en lo que puedan la función que desempeñan a lo que debe ser una democracia. Y adviertan que gran parte de nuestro pueblo los tiene entre ceja y ceja.
(*) De Iniciativa Socialista