por Omar Dalponte.
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Después de cuatro años de sufrimiento a causa del desastre macrista recuperamos el gobierno nacional, gran parte de los gobiernos provinciales, intendencias e importantes representaciones legislativas.
En Lanús perdimos. Fue la triste y trágica excepción junto a otras excepciones que aún siguen en manos neoliberales.
Nuestro amplio y contundente triunfo electoral ocurrió, pero no hubo oportunidad de desplegar inmediatamente la acción de gobierno que la Argentina necesita porque, desgraciadamente, la pandemia que azota al mundo se desencadenó con toda su furia. También porque, paralelamente, el enemigo macrista, especialmente el sector más infectado por el odio, la ignorancia, la angurria y el resentimiento por la derrota electoral, hizo lo que presumíamos: emprendió una oposición antipatriótica no sólo poniendo palos en las ruedas para entorpecer el normal funcionamiento del gobierno, sino exponiendo al peligro de contagio a muchísima gente que, en caso de infectarse, trasnmitirían, como sucedió, la covid -19 a parte de la sociedad.
Entonces, ante un enemigo despiadado y una realidad que lastima, es que el peronismo, como fuerza central del gobierno de Alberto Fernàndez y eje del Frente de Todos, debe asumir que tiene sobre sus espaldas la enorme responsabilidad de garantizar el proceso constitucional en
Ante esta difícil realidad los militantes peronistas, independientemente de nuestros gustos y disgustos, debemos actuar con patriotismo apuntalando y cuidando como corresponde a nuestras estructuras partidarias. Este cuidado habremos de realizarlo respetando y haciendo respetar a las compañeras y compañeros que estén fungiendo en esas estructuras y hayan sido elegidos mediante el voto de los afiliados o a través de las decisiones de los diferentes cuerpos orgànicos que tradicionalmente funcionan en el justicialismo.
Es necesario estar atentos y vigilantes frente al accionar de personajes que habiendo alcanzado cierta relevancia en nuestras filas hoy son críticos de la figura del presidente Fernández . Asimismo, desde las bases, en el territorio de nuestros nucleamientos barriales, debemos ser fieles custodios de las organizaciones políticas y sindicales peronistas más allá de que ciertos dirigentes sean o no de nuestro agrado.
Es inaceptable que en un momento de pandemia como el que sufrimos, y en medio de una crisis general como la que padecemos nosotros y muchos países del mundo, haya quienes, diciéndose peronistas, cuestionen a compañeros nuestros que desempeñan cargos de alta responsabilidad. Es inadmisible que en lugar de aportar esfuerzos y soluciones haya quienes, entreverados en nuestras filas, difamen y procuren desvalorizar a instituciones políticas o sindicales como son el PJ y la CGT. Sea cual fuere el lugar que ocupen estos difamadores, sean o no conocidos, se trate de personas mas o menos relevantes o simples “cuatro de copas” que respiran porque todavía el aire es gratis, no sólo son traidores al peronismo, son también traidores a la patria, lo cual es mucho màs grave. Es traición al peronismo procurar, desde adentro, el desprestigio de su dirigencia y ensuciar a sus organizaciones emblemáticas. Es traición a la patria procurar el debilitamiento del gobierno nacional en momentos que éste libra una batalla a brazo partido contra una epidemia feroz y oscuros intereses financieros internacionales.
El traidor, grande o chico, es siempre traidor. Por mas vueltas que se le de.
Los peronistas lanusenses, por nuestra parte, tenemos la obligación de evaluar correctamente la situación local, de hablar con claridad y no tratar de ocultar o disfrazar la situación del peronismo en Lanús
Es innegable el estado de división en el Concejo Deliberante por parte de quienes fueron electos en la lista del Frente de Todos.
Es innegable que algunos compañeros emigraron, y se sumaron al macrismo, principal adversario del peronismo.
Es innegable que algunos miembros de la conducción del PJ adhirieron al macrismo, integran el gobierno municipal y se ubicaron en sus cercanías. Esto es sin dudas, "Pichetismo" en su versión lanusense.
Es innegable que quienes quedaron en el PJ con Díaz Pérez y Ale a la cabeza son las legitimas autoridades del PJ.
Es innegable que estas autoridades son reconocidas por el PJ Bonaerense, o sea por la organización política peronista de nivel superior en la cadena de conducciones del peronismo.
Es innegable la excelente relación de Díaz Pérez con los intendentes vecinos, Insaurralde y Ferraresi, quienes lo reconocen como autoridad de nuestro Partido.
Por lo tanto, es innegable que el presidente del PJ de Lanus es Darío Díaz Pérez y que la obligación de los afiliados, tanto moral como estatutaria, es apoyarlo hasta que por los mecanismos naturales del Partido se decida otra cosa.
En consecuencia, es innegable que cualquier ataque o difamación, directa o indirecta, a las autoridades partidarias peronistas es un ataque al Peronismo.
La defensa de nuestras estructuras políticas y sindicales propias, es un deber ineludible de los peronistas.
Todo aquel que no coincida con nuestras conducciones estando dentro de nuestras estructuras políticas y sindicales o amparados en sellos inventados barnizados de peronismo, ya tendrá oportunidad de competir, si se encuadra, dentro de las disposiciones de nuestra Carta Orgánica y de acuerdo a nuestras formas de funcionamiento.
A las voces insidiosas que vienen de afuera con intenciones aviesas debemos oponerle las nuestras bien fundamentadas. Quien opine y actúe desde afuera no tendrá posibilidades de influir en la acción y decisiones del peronismo.
Llegará el día en que será posible el debate cara a cara y quedarán al descubierto las "patéticas miserablidades" instaladas por la práctica de la politiquería sucia.
Esperemos ansiosamente esos días en que podremos afrontar las necesarias batallas culturales que impondrá la realidad. Esperemos, sin dejar de construir aportes a futuro para la elevación de la patria y el fortalecimiento del Peronismo.
El próximo año, de no mediar circunstancias excepcionales, será un año electoral. De manera que hay que prepararse para reforzar nuestro gobierno nacional y también para obtener una buena representación en el Concejo Deliberante aquí, en nuestro pago chico. Anhelo a que las futuras listas sean integradas por compañeras y compañeros jóvenes, capaces y honestos.
Los mayores que no pretendemos candidaturas ni cargos de ninguna especie, tenemos la obligación moral y política de ser, como peronistas veteranos, solidarios y entusiastas colaboradores de los más jóvenes.
Nuestro grupo militante, integrado por compañeras y compañeros con quienes nos acompañamos desde hace muchos años, queda a disposición, recomendando desde ya a quienes estén dispuestos a competir, que se compenetren con la problemática municipal, que no descuiden el estudio de la Constitución Nacional, de la Constitución Provincial, de la Ley Orgánica de Municipalidades, del reglamento del Concejo Deliberante y de su capacitación personal para saber como se elaboran los proyectos de ordenanzas demás dispositivos en el accionar del deliberativo local. Es necesario llegar con honestidad pero también con mucha preparación, pues en los tiempos políticos que se avecinan no habrá demasiado lugar para incapaces y deshonestos.
Para lo que se necesite, quienes estén dispuestos a luchar por Lanús, cuentan con las compañeras y compañeros que, desinteresadamente, anhelamos un municipio que merezca ser vivido.
La posibilidad de debate abierto esta muy limitada en este tiempo. Por ello me permito algunas sugerencias para el peronismo en tiempos de pandemia. Abundan los diálogos en las redes. Allí surgen ideas interesantes. Pero también se leen estupideces de gran magnitud. La situación de Argentina es muy grave. Y nuestra responsabilidad como peronistas es muy grande. Hoy, más que siempre, hay que esmerarse para que en nuestras filas, dentro de lo posible, se llegue al mejor nivel de unidad, solidaridad y organización.
Para enfrentar la ferocidad neoliberal macrista y la devastación causada por la pandemia, nuestras principales organizaciones PJ- CGT deben ser eficientes y sólidas a fin de que poder ser los grandes soportes de masas que nuestro gobierno necesita. En el Justicialismo, todo aquel que diciéndose peronista ataque a algún compañero o intente desprestigiar a nuestras organizaciones políticas y sindicales debe ser considerado un traidor. La gravedad de la situación de Argentina no admite quintacolumnistas dentro del movimiento nacional, menos aún cuando la patria está en peligro.
Es importante que desde las bases militantes peronistas, generalmente no bien escuchadas y atendidas, se vayan ideando propuestas para construir nuestro programa de salvación nacional y seleccionando los mejores cuadros políticos capaces de representarnos electoralmente con firmeza idelógica, honestidad y capacidad.
Con la mejor disposición, las y los peronistas que tenemos un largo camino recorrido, debemos ponernos al servicio de las nuevas generaciones para, sin los vicios de la vieja política, ayudar, desinteresadamente, en esta emergencia histórica. Hay que repechar la cuesta. Cinchando juntos los leales será menos penoso.
(*) De Iniciativa Socialista