por Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.comInteresante carrera deportiva la de Germán Cano, el chico que nació en Posadas en el año 1988, y que se formó como futbolista en Lanús, donde integró una de las más famosas categorías de fútbol amateur de la historia del club, "la 88". Independientemente del tiempo y las circunstancias que le tocó vivir en sus 105 años de existencia, Lanús fue siempre un club formador. Seguro tiene que ver que a diferencia de otras entidades, la mayoría de esos años tuvo como entorno un enorme baldío que en las últimas décadas se fue transformado en el Parque Eva Perón, el Lanús Rugby Club, en varias escuelas, en un anexo del club El Porvenir y en parte del Polideportivo del que hoy es el club más grande y poderoso del gran Buenos Aires. Cano se formó junto a Lautaro Acosta, Sebastián Blanco y el Pulpito González, antecedido y precedido por planteles juveniles que escupieron en cantidad grandes proyectos de crack. Junto con la clase 86, la de Diego Valeri, Biglieri y Fritzler, con varios jugadores de esas dos camadas, Lanús obtuvo una de las más grandes conquistas: el Apertura 2007, campeón de Primera por vez primera.
“Y todavía no debutó un tal Germán Cano, un petiso que juega bien de nueve y es un
goleador tremendo. Ya vas a ver lo que te digo” se escuchaba decir en la tribuna a principios de 2008. El propio Ramón Cabrero hablaba maravillas de la gran aparición, y pronto lo hizo debutar el 12 de febrero de 2008 jugando Copa Libertadores. Esa noche en La Fortaleza fue victoria por 3-1 ante Danubio. Estuvo en cancha algunos partidos más, pero a decir verdad lo suyo no impresionó demasiado. No faltaron los diálogos de siempre: “¿Y este es el famoso Cano…? ¡Pará, dale tiempo que hoy jugó su primer partido…!”
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El tan temido pase a préstamo apareció a mediados de 2009. Fue a Chacarita, que había vuelto a Primera. En el primer semestre Zielinsky no lo puso; en el segundo, Gamboa le dio lugar y al finalizar el torneo se lo llevó a Colón, pero la cosa no funcionó, siguió la sequía y la escasa participación. Y cada vez que se abría la puerta para volver a Lanús, no había lugar para Germán. La frase “viste que yo te dije que no pasaba nada con Cano…” se terminó imponiendo. En cada chance de retornar al club encontraba el mismo obstáculo: Los entrenadores no lo iban a tener en cuenta. A mediados de 2011 iba a quedar libre. Los cien mil dólares que ofreció un grupo empresario, en esas circunstancias, resultó una proposición irrechazable.
En Deportivo Pereira de Colombia empezó a repuntar: 9 goles en 18 partidos en un equipo que se fue al descenso es un excelente promedio. En el segundo semestre de 2011 tiene un paso por Nacional de Paraguay, 4 goles en 18 partidos. A mediados de 2012 llegó la chance de Independiente Medellín, y allí su carrera y su vida cambiaron definitivamente. Gran figura durante dos años y medio y una marca que dice todo: 54 goles en 99 partidos y el salto al fútbol mexicano para jugar en Pachuca, donde sufre la rotura de ligamentos que lo deja seis meses fuera de las canchas. La recuperación será en el León, 13 goles en 48 partidos. El retorno a Pachuca a mediados de 2017 para no conseguir lugar y la vuelta al DIM, el club que mejor le calza. En otros dos años consagratorios metió 75 goles en 97 partidos y logró el interés del Vasco Da Gama, un grande de Río de Janeiro, donde a los 32 años, asediado por la prensa, deslumbró a los espectadores con un juego de alta calidad. Llevaba 9 anotaciones en 12 presentaciones hasta que el mundo se detuvo. Todo Vasco da Gama espera el fin de la pandemia para volver a disfrutar de su nuevo ídolo.
“Los jugadores son racheros”, suele decir el gran relator argentino Víctor Hugo Morales y no le falta razón. Lo que Germán Cano tanto había anunciado de sí mismo en las inferiores de Lanús, tardó en aparecer pero finalmente llegó. El Grana ni lo disfrutó ni ganó dinero por su salida. Algunas veces la culpa no es de nadie. Nunca bajó los brazos, y tal vez en la perseverancia y la confianza en sí mismo está su mejor virtud. El profesionalismo no te puede esperar. Tuvo sus pocas chances en Lanús a los 20 años junto a varios de sus compañeros de formación, pero el nivel alcanzado por él fue insuficiente. Fue bien prestado, a clubes importantes de primera división. No hubo caso, no pudo triunfar en el club que lo formó ni en los dos que lo recibieron a préstamo.
Cosas del fútbol, tuvo que emigrar, y un poco más tarde que todos, a la edad en la que los futbolistas empiezan a declinar e incluso algunos a pensar en el retiro, Germán Cano sacó a relucir su marca de fábrica: Nacido en Posadas, pero hecho en Lanús. Siempre a destiempo, siempre mirando el reloj, espera ansioso el fin de la pandemia y la vuelta del fútbol, para exhibir en su última versión las virtudes que lo llevaron a ocupar el puesto número 12 en la lista de los máximos goleadores del fútbol mundial durante el ciclo 2019/20, que encabeza Robert Lewandowsky, y que integran, entre otros monstruos de la disciplina, Lionel Messi, el Gabygol, Ibrahimovic, Bruno Henrique y Mbappé.