martes, 25 de agosto de 2020

Los poderosos nos quieren ignorantes y sumisos

por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com 

No permitamos que nos estupidice el zoom mientras la derecha gana la calle. Preparemos un después movilizado. Y entretanto ayudémonos a pensar.
  Decir lo que dijimos respecto al zoom no significa que despreciemos los avances de la tecnología ni que no tengamos en cuenta los beneficios que permite el uso de los teléfonos celulares y de las computadoras. No somos de esos mayores que viven de recuerdos creyendo que todo tiempo pasado fue mejor. Sostenemos que el mundo moderno es apasionante, magnifico, desafiante y que nos exige cada minuto de cada día que nos capacitemos estudiando los fenómenos que van ocurriendo en nuestro planeta, donde las cosas fluyen y se dinamizan con asombrosa vertiginocidad.
 En síntesis: El modernismo nos impulsa a la acción y eso es vida. Respecto a lo que sí alertamos es a que debemos cuidarnos de no caer en el territorio de confusión y atontamiento en que los seres humanos podemos caer cuando se nos bloquea la capacidad de razonamiento. Y eso es muy fàcil que ocurra si en lugar de poner la tecnología a nuestro servicio nos convertimos en esclavos de ella. O si nos aturdimos con la vocinglería de los medios de comunicación masiva sin predisponer una mirada propia con adecuada capacidad critica. ¡Cuidado con la acción de quienes nos quieren brutos y sumisos para dominarnos! ¡Cuidado con quienes aprovechando el entusiasmo masivo que provoca la utilización de
sistemas que facilitan encuentros sociales nos colonizan la mente, nos colonizan el idioma, nos cambian las palabras. La utilización de esos sistemas u aplicaciones que se nos ofrecen para que nos comuniquemos en grupo para considerar cosas serias o para saber con que velocidad cae la caca de las palomas, puede servir mucho para fines importantes. Es innegable. Depende de nosotros. Puede ser de gran utilidad para el funcionamiento de las instituciones en general, de las empresas, de las fuerzas del trabajo, de las organizaciones sociales, políticas, religiosas, culturales, de la salud, para el intercambio científico etc. etc. etc. Sin dudas: es un gran adelanto para optimizar las comunicaciones en cada sociedad y también para facilitarlas entre ellas. Claro que también tiene su contracara. Porque el mundo moderno, que es un mundo mayoritariamente capitalista, o sea un mundo de explotadores y explotados, donde hay clases dominantes y clases dominadas, donde hay países imperialistas y países sometidos, intereses en juego y conflictos que la defensa y ataque a esos intereses generan, hay también quienes no están dispuestos a ceder las palancas del poder. Por esa razón es que la minoría de poderosos no repara en medios para anular la voluntad y el avance de las mayorías y por lo tanto hacen y harán hasta lo imposible para que los postergados permanezcamos en un estado de atraso, debilidad e ignorancia. Nos quieren quietitos, adentro, entretenidos, masturbándonos con chiches electrónicos, tornillados a las sillas y estupidizados frente a las computadoras. Nos quieren hablando en gringo. Por eso nos familiarizan con palabrejas como meets, zoom, jitsi, Android y otras linduras, mientras ellos largan la perrada a las calles con ansias destituyentes para que insulten, difamen y atenten contra todo proceso constitucional que permita algún barato a favor del pueblo. ¿O no está bien claro que el macrismo y sus cómplices tratan de hacer la vida imposible al gobierno de Alberto Fernández?
Miremos con algún detenimiento ciertos hechos que cambiaron costumbres y redujeron capacidades. No muchos años atrás en todo el territorio nacional, tanto en las grandes ciudades como en los pueblos más pequeños abundaba la prensa escrita. Con información general correctamente elaborada. En nuestro Lanús, sin ir más lejos, ademås de la prensa nacional y regional, circularon localmente durante años periódicos, diarios y alguna revista de aceptable calidad. Algunas de esas publicaciones estuvieron presentes en nuestro distrito durante muchísimo tiempo siendo leídas con afán por muchísima gente. Los altos costos de material y de impresión, la llegada y desarrollo vertiginoso de la informática, la insistencia mediante operaciones en las comunicaciones por implantar la información mediante la escritura de unos pocos caracteres, el apresuramiento para realizar las actividades del día a día y algún que otro mal propio de la sociedad de consumo, produjeron la desaparición de un altísimo porcentaje de la prensa gráfica nacional y de la casi totalidad de las publicaciones locales. Con la desaparición de la gráfica decayó notablemente la calidad del periodismo. Quienes por nuestra avanzada edad hemos tenido la dicha de conocer y vivir el ritmo, las formas de trabajo de las viejas redacciones y poder aprender de la capacidad de grandes maestros de la gràfica, sabemos de que manera quedó desvalorizada la actividad periodística a partir de la desaparición de los antiguos modelos. No es igual leer y analizar las noticias en las ediciones de papel que en las publicaciones digitales. No es lo mismo cortar y pegar que publicar un texto redactado y revisado por correctores. En muchas cosas avanzamos a pasos agigantados. En otras decaímos notablemente. Ahora, pandemia mediante, es necesario sostener el quedarse adentro de los hogares para que la peste no siga haciendo estragos en la población. Es lo que corresponde. Es lo que se debe hacer. Y es lo que no hace el macrismo que, en actitudes incalificables, estimula concentraciones callejeras exponiendo a la enfermedad y la muerte a decenas de personas movidas por un brutal odio hacia el gobierno peronista. Ahora no es oportuno y sería suicida salir a las calles a contrarrestar la acción destituyente de estos grupos de histéricas e histéricos que vociferan desde su odio e ignorancia. Tiempo quieren las cosas y cada ataque al pueblo tarde o temprano tendrá su respuesta. Siguiendo esa línea de pensamiento es que proponemos cordura, pero al mismo tiempo ir pensando en un después de pandemia con movilizaciones fuertes y combativas en defensa del gobierno elegido por la mayoría de los argentinos. El combate al enemigo habremos de darlo en todos los frentes. En tiempo y forma. Sabiendo que las calles y plazas son territorios en disputa. Ese es el motivo por el cual sugerimos que la utilización del zoom y otros recursos domiciliarios deben ser tomados como dispositivos para un tiempo especial y no como un método de lucha, pues no será desde la comodidad de una habitación donde podremos ejercer la defensa de un gobierno y de un proyecto de país.
Por otra parte el zoom y otros dispositivos cuyo valor reconocemos para algunas cosas, no está disponible para los miles y miles de compañeras y compañeros que carecen de computadoras, de luz, de tiempo y lugar para tareas de escritorio. Las grandes transformaciones políticas y sociales - todavía- hay que impulsarlas y defenderlas en las calles y plazas. Creo.

    (*) De Iniciativa Socialista