Testimonios del “campo de batalla”
Parecía que el puesto estaba vacante pero existe su ocupante: ¡Sí, hay una subsecretaria municipal de Salud, que se llama Rocío Pereyra (foto) y que cobra un sueldazo para estar atrincherada y calentita en su despacho!Y se conoció de su existencia porque sus decisiones -poqueísimas porque hace poco y nada- son desopilantes: Cuando les proveyó de camperas al personal del SAME les advirtió que las tenían que cuidar para devolverlas (¡sí, devolverlas!) limpias y en buen estado. Y eso no es lo peor: El personal sanitario que traslada enfermos y sospechosos de Covid 19, tiene que limpiar los camisolines y overoles descartables y volver a ponérselos. Y hablando de higiene, las ambulancias están oxidadas por todos lados, porque la única “sanitización” consiste en darles un par de manguerazos.
Estos testimonios los recogió La Defensa de los “soldados en el frente de batalla”. Dicen los ambulancieros que los rebotan en todos los hospitales cuando llevan pacientes sospechosos de Covid 19. “¡El sábado a la madrugada llevamos al Evita a un paciente que tenía el Covid 19 hacía tres días -ejemplifica uno de ellos- y se sentía muy mal, y no lo querían recibir: les pateé la puerta!”
“La sala San Martín llevó a dieciseis personas, toda una familia, al Hospital de Villa Jardín”, señala otro, y advierte: “¡Cuidense compañeros!”
Paralelamente coinciden en que el PAMI Lanús y el IOMA, “no existen”, como tampoco existen los lugares famosos de internación, inaugurados con toda pompa, como la ex Clínica Estrada, o el Polo Chingolo, o los de los clubes como Lanús o Talleres, para no hablar de el de El Porvenir que está infectado.
“El único que recibe pacientes es el Hospital Melo pero no tiene aparatología adecuada”, aporta otro sanitarista.
En tanto una vecina jura que a su mamá, que presentaba los síntomas de infección del coronavirus, “la tuvieron paseando cinco horas en la ambulancia porque no la recibían en ningún hospital”. Con referencia a esto último, algunos sostienen que los nosocomios provinciales están a tope, y otros señalan que es “mala voluntad y pura incomunicación entre municipio y provincia”. Y otros opinan que en los hospitales provinciales y de campaña, no hay personal suficiente, y que los que trabajan no son bien tratados por “jerarcas que aparecen sólo para la foto y la televisión”, están mal pagados y ni cobraron el bono de cinco mil pesos. Para no hablar del personal contagiado: Por ejemplo hubo que cerrar por ese motivo Neonatología del Narciso López.