

Garroni, tal como lo prueba el certificado al que La Defrensa tuvoi acceso en exclusiva (foto) murió por una neumonía favorecida por un EPOC, a su vez causado por el maldito vicio que lo llevó a fumarse tres atados de puchos por día.
Es bueno entonces el momento para decirle “stop” a un semianalfabeto que gracias a la política llegó demasiado alto y que hoy, a la vejez viruela está usando a algunos tontos -algunos pagados y otros ad honorem- para hacer terrorismo informativo.