En la sesión de la semana pasada, luego del cuarto intermedio obligado por el funcionamiento deficitario del enlace virtual, uno de los expedientes que se intentó aprobar en el Concejo Deliberante de Lanús, fue el que establece el “trato digno” a los usuarios de instituciones bancarias, contrarrestando con lo que se conoce como “prácticas abusivas”, para no colocar a los usuarios en situaciones “humillantes, vergonzantes, vejatorias, intimidatorias, ofensivas, agraviantes, injuriosas”, a las cuales los ancianos podrían sometidos en el momento de cobrar sus pensiones o jubilaciones.
Dos proyectos al respecto fueron presentados en el año 2018: Uno por el entonces concejal Gustavo Alvarez, de Juntos por el Cambio y otro por Sebastián Beroldo, del Frente Renovador. El primero fue desestimado por la comisión de Derechos Humanos por ser inaplicable y con la aceptación de su autor, y quedó para su resolución el segundo, el presentado en esta sesión, que fue objetado por Jorge Montero y remitido nuevamente a la comisión para su modificación. En 2018 el presidente de la comisión de DD.HH. era Montero y el tratamiento en comisión no progresó porque este proyecto también debía ser modificado. Quedó esperando el dictamen posterior a esa modificación, que nunca se efectuó. Pero ahora, con otra presidencia en esa comisión, consiguió llegar al recinto para su tratamiento y no logró su aprobación.
Consultado Montero, explicó que “lo que pasa es que en su artículo 3º establece que la autoridad de aplicación y ejecución es el Tribunal de Faltas pero agrega que el Defensor del Pueblo deberá velar por la correcta aplicación de esta ordenanza. De este modo hay dos autoridades de aplicación cuando sólo debe haber una. Además el artículo 4º indica que las instituciones bancarias tendrán horario de 9:00 a 14:00. Eso no lo puede establecer el municipio, solamente lo hace el Banco Central –dijo el edil- y además el horario bancario es uniforme en todos los municipios”. El proyecto también establece que en la puerta de los bancos deberán tener preparada una ambulancia con terapia intensiva con médico y
paramédico durante todo el horario de atención, los días de pago a jubilados y pensionados. ¿Se imaginan a lo largo de varias cuadras de H. Yrigoyen o en el este, donde están todas las instituciones bancarias, una fila de ambulancias durante varias horas? No sería posible…”
“De ser aprobado con estos errores, obligan al intendente a vetarlo. Esto no es serio: hay que leer los expedientes, por eso pedí su vuelta a comisión para ser debatido nuevamente y corregir lo que está mal. A pesar de todo lo expuesto, el resultado de la votación fue de 12 a 9. El Frente de Todos quería aprobarlo así como estaba. No importa la ideología: hay que ser prolijo. Más allá de las diferencias partidarias, no se puede aprobar cualquier cosa. Los concejales no estamos para eso”, finalizó.
Hace tiempo que Montero estaba incómodo con sus compañeros del Frente de Todos, que pretendían imponer solamente la discusión partidaria en el recinto apartándose, muchas veces, del contenido de los expedientes. Hacía intentos anti grieta, sumándose- según refirió varias veces- “al deseo de Alberto Fernández”. Pero no lo consiguió a partir del último recambio de concejales, producto del resultado electoral de 2019, en el que asumieron representantes con ánimo de agrandar las diferencias. “Durante la pandemia tenemos que darnos un respiro, dejar peleas inútiles de lado y unirnos para intentar llevar soluciones a los vecinos, que ya tienen demasiados problemas”, enfatizó el edil.
No lo consiguió y decidió hacer su propio bloque, Concertación Ciudadana. Desde allí y sin perder su pertenencia, dejó de estar condicionado por el resto del Frente de Todos. Pero, como lo anticipamos en ese momento, ese Frente perdió a un edil que conoce su trabajo, tiene manejo de los expedientes, posee experiencia y es un orador muy capaz a la hora de la defensa o la crítica de los proyectos. Y además, en algunos casos, perdió un voto.
Marta Santos