por Lisandro Martínez*
Algunos creían que Fernández, Kicillof y Larreta (quienes responden a los fondos buitres y al FMI y que en la pandemia decidieron juntarse como “los tres mosqueteros del covid-19”) estaban madurando una jugada genial contra el virus y sus consecuencias y mientras dictaban el encierro masivo del pueblo trabajador, preparaban protocolos y políticas para enfrentar al Covid-19 en las barriadas del conurbano profundo. Se entendió que el aislamiento impuesto tenía como centro de acción dar tiempo al estado para preparar al sistema sanitario y las medidas de sanear a los contagiados, devolviéndoles a los más castigados mediante espacios preparados, la salud que se hubiera quebrantado en el camino… Nada de eso hicieron, no tenían planeado hacerlo ni se les pasó por la cabeza. Sus preocupaciones van en otro sentido.Por lo tanto la sorpresa llegó 70 días después de que los ciudadanos con sus niños hicieran todos los deberes, encerrados en casas, departamentos o en los estrechos espacios de las villas de emergencia. El esforzado soberano en lugar de ver achatarse “la curva del contagio” vio exactamente lo contrario y junto con el fracaso del trío “me-lo-suponía”, la duplicación de los casos mostró el hundimiento de una aventura política cuyo rastrero objetivo siempre fue –para los tres- perpetuarse en la cresta de las encuestas haciendo la plancha y apareciendo como “protectores de la vida”, en primer término de los jubilados a los que les dedicaron un incremento de la jubilación mínima de $32 diarios, es decir u$s 25 centavos, para que disfruten de los placeres mundanos. Los viejos con los puños crispados también preparan banderas y batucada para cuando truene el escarmiento por venir.
A más dos meses de “prisión domiciliaria para todos”, Fernández, Larreta y Kicillof en
persona, no pudieron completar una sola idea o una modalidad que les permitiera enfrentar al virus. Tampoco sus respectivos “gloriosos equipos de gobierno” pudieron armar un Protocolo Específico que atienda a cada una de las situaciones emergentes en los barrios precarizados. Sus performances de bajas calificaciones y que no obedecen a ningún rigor científico estremecen al más pintado y colocan a la población atada de pies y manos en el altar de sacrificios del coronavirus.
1. Conociendo que el agua es vital para la salubridad, el gobierno tripartito no armó ningún plan de contingencia que garantice agua potable en los barrios. El agua falta en el 90% a villas y asentamientos. Cuando hay agua se registra poca presión o mala calidad. El negocio que se instala con el suministro de agua mediante empresas contratadas es vergonzoso. A la necesidad del control vecinal del agua se suman depósitos y tanques que deberá aportar el estado.
Sin solución al problema del agua potable el virus entra en los barrios.
2. El Plan Detectar de los tres gobiernos es un interrogatorio de empleados administrativos sin vínculos con la salud. El Detectar está destinado a personas con síntomas evidentes, no es un método preventivo y actúa cuando ya es tarde. Diagnostica contagiados o portadores del virus. Exigimos el testeo como prevención.
3. En esas visitas que funcionarios de los tres gobiernos hacen a las barriadas no distribuyen lo elemental: alcohol en gel, mascarillas, productos de higiene personal, lavandina para el hogar, pañales, alimentos, etc. No hay charlas generales donde especialistas señalen problemas y alerten sobre los peligros. En 70 días no aprovecharon a preparar al pueblo y ahora quieren acordonar barrios para concentrar el virus en un circuito cerrado entre los que viven allí. Es un plan netamente criminal. No hay pizca de ciencia en el Detectar como tampoco la hay en el plan del “judenrat” Berni, cuyo modelo es “el gueto de Varsovia” donde los nazis encerraron a 375.00 judíos en Polonia. En lugar de médicos y epidemiólogos colocan a Berni a la cabeza, esto califica al régimen de conjunto como verdugo de la salud del pueblo.
Fernández, Kicillof y Larreta no previeron con seriedad los problemas que traerían el derrumbe del capitalismo, la inexistente infraestructura sanitaria en estos barrios y la pandemia del coronavirus.
No va a andar
El 23/5 Kicillof en conferencia dijo: “No hay que testear a todo el mundo, ningún país lo hizo”, mientras científicos y médicos reclaman testeos para todos. Los funcionarios que representan a los acreedores externos, no dudan entre la salud popular y el pago de la deuda.
La posición entreguista de Kicillof está en La Nación del 4/5: “La Argentina –si se exceptúa a Bolivia- es el país que menos test hizo en Sudamérica”. Kicillof clarifica la impotencia del régimen: “Vamos a la cuarentena más larga del mundo”, igual, "la normalidad no existe más". Y agrega que "es un sueño, una fantasía, un suicidio colectivo porque no existe más esa normalidad" (La Nación 24/5). Esto revela que el funcionariado está a la deriva y ha sido ganado a la inercia. Porque hagan lo que hagan -según ellos- “la normalidad no vuelve más”.
La urbanización de villas y asentamientos no se hace porque detrás laten posibles negocios inmobiliarios en zonas de alto valor.
El 27/5 habitantes de la Villa 21-24 de emergencia de Barracas cortaron Iriarte y de las Artes reclamando se restablezca el suministro de agua y luz, cortados por el gobierno de CABA hace varios días. Allí los últimos 10 días se detectaron 200 casos. En el corte de calles se denunció que los contagiados sufrieron larga espera para ser trasladados, los subieron a los micros y los pasearon 10 horas por hospitales buscando camas. Esto delata ya la crisis del sistema sanitario.
Falleció un ferroviario de Escalada
El mismo día pero en horas de la mañana falleció un obrero ferroviario del Taller de Escalada por corona virus.
En Villa Inflamable (Dock Sud) se denunciaron 5 casos de contagio, una niña de 1 año y 8 meses internada en el hospital Fiorito y su familia aislada en la cercanías de la Refinería Shell, una enfermera del barrio, otro caso de una persona en la calle Génova al fondo, una niña cerca del Acceso, otro caso al fondo de la calle Campana. Los cinco casos han sido confirmados y uno tiene vínculos familiares con Villa Tranquila.
En Villa Itati con 30.000 habitantes ya hay más de siete infectados.
El funcionariado nos desarmó para que perdamos ante el virus, entreguemos salarios y condiciones de trabajo.
El corona virus desborda, vamos por el control de comisiones de vecinos y obreros. La lucha recién empieza
(*) Del Partido Obrero-Tendencia