por Gabriel Celso Gallego
Es la otra cara de la vida,/La que negaremos por contraria,/La que nos asalta inevitable/
Ella siempre te espera/ Porque nadie puede eludir su abrazo.
Sabemos qué es la vida,/ Contamos alegrías y amores/
Dolores, ocasos, recuerdos/ Olvidos y fracasos/
Pero de ella, la otra, nada sabemos/ La imaginamos obscura, dolorosa
Honda profundidad de la que no saldremos/
Pero la vida no se rinde, nos evoca/
Y nos convoca en recuerdos, emociones/
Y extrañamientos que se amasan en ternura
Ella, la otra, creyó que nos llevó/ Pero sólo fue materia su botín/
Habrá ojos que nos verán después,/
Recuerdos de nuestra voz y nuestra risa/ Que tendrán presencia en la vida sin fin/
Ella, la otra, no existe sin la vida/ Y la vida se niega a reconocerla,
Rescata de ella sus rehenes/ Y los trae en una sonrisa, a veces
En una emoción extrañadora, otras/ O en una lágrima merecida de pena.