Que no es el silencio de los inocentes...
El cacerolazo en Lanús fue estruendoso y donde más se sintió fue en los barrios periféricos. Y eso es claro: Los hombres y principalmente las mujeres de las barriadas son los más expuestos ante este festival de liberación de presos. Emocionaba escuchar los bocinazos de los recolectores de residuos y las sirenas de patrulleros.Y el “festival” que lanza chorros de caño, homicidas y violadores a las calles es impulsado por los políticos argentinos: unos por comisión y otros por omisión. Y llamativamente ningún político local se pronunció al respecto. Y el gobierno municipal, a diferencia de lo que sucede en otros distritos, todavía no informó qué cantidad y calidad de corona-liberados flagelará a Lanús, a pesar de la promesa de un funcionario a la Defensa efectuada hace muchas horas: “Estamos preparando el informe”, dijo.
Claro, muchos piensan que cantidad de funcionarios oficialistas “locales” de alto rango están más preocupados por lo que sucede en los barrios donde habitan con su familia -llámese Puerto Madero, Caballito sur, San Isidro, Quilmes, etcétera- que por lo que aflige a la gente de Chingolo, Diamante, Gerli, Escalada, etcétera.
De los opositores, del Frente de Todos, y de la izquierda ni hablar: Ellos fueron los promotores de este azote social.